En conmemoración de los cinco años de la fecha oficial de la muerte de Hugo Chávez, Nicolás Maduro preparó una reunión de la Alianza Bolivariana (Alba) con la participación de algunos presidentes, como los de Cuba, Nicaragua y Bolivia.
Foto: Patricia Grande
La asonada militar le sirvió a Chávez para lanzarse como candidato en 1998 y ganar la presidencia de Venezuela. Luego, con astucia y bonanza petrolera, estuvo en el poder hasta que el cáncer lo venció en 2013.
Antes de morir entregó el país a Maduro, período presidencial que se traduce en la miseria y destrucción del país.
El régimen ha puesto al sector castrense al frente de la economía, las finanzas, la producción de Petróleos de Venezuela y el Arco Minero. Pero la exaltación entre el oficialismo al que aún se venera como «comandante eterno» contrasta con las medidas represivas para aplastar posibles rebeliones y descontento en los cuarteles.
Además, la crisis económica ha impulsado un éxodo de más de cuatro millones de venezolanos por hambre, inseguridad y falta de empleo.
La reelección de Maduro significa continuar o empeorar en esa línea de acontecimientos.
Redacción Maduradas, con información de ABC.es
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