Una curiara con cinco personas a bordo naufragó la tarde de este domingo 24 de octubre en el río Caroní, situado en Puerto Ordaz, estado Bolívar. Hasta el momento, una sola de ellas ha sido rescatada por un hombre que navegaba por la zona con una embarcación privada.
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Correo del Caroní
De acuerdo con la información difundida por el diario Nueva Prensa de Guayana, la embarcación zarpó de la comunidad Toro Muerto, cerca del embalse de Macagua, ubicado en Puerto Ordaz, pero se presume que la fuerte corriente del río arrastró curiara hasta volcarla.
Las cuatro personas que siguen desaparecidas fueron identificadas como Domingo Labastida, de 51 años de edad; Karol González, de 40 años; Daniel González, de 47 años y Marcos Reyes, de 41 años.
A su vez, el Correo del Caroní asegura que los familiares han tenido que invertir $250 en gasolina para acelerar la búsqueda de sus seres queridos, por lo que están solicitando apoyo.
La única persona rescatada hasta el momento sería Máximo González, de 37 años de edad, quien fue auxiliado por vecinos del sector que lo hallaron tres horas después del incidente.
“Siento que falta interés para la búsqueda. Yo los veo muy tranquilos y estamos desesperados. Se ha unido gente del mismo barrio para buscar, pero necesitamos más apoyo”, denunció González, luego de ser atendido en el hospital Uyapar.
El sobreviviente relató que todo sucedió cuando retornaban del terreno en el que siembran verduras, en un tramo, la corriente subió y causó que la embarcación se volteara. Afirmó que logró ver a uno sus compañeros, Marcos Reyes, nadar hacia el otro lado del río y junto a él iba otro de ellos, Domingo Labastida.
“Labastida intentó seguir nadando, pero se cansaba con frecuencia porque tenía una lesión en una de sus piernas. Entonces González lo arrastró consigo, nadaron juntos por al menos 40 minutos, hasta que González no pudo más con el cansancio”, dijo.
Añadió que lo intentó y que le pedían a Dios que los ayudara, que les diera una oportunidad de vivir. “Domingo me decía que lo ayudara, que no lo dejara morir, pero yo no podía más, estaba pensando en mis hijos, si no lo soltaba, nos íbamos a ahogar los dos”, confesó.
Recordó que fue una difícil decisión tener que soltar a su compañero, mientras lo escuchaba gritar su nombre y le pedía que no lo dejara atrás. “Fue muy duro, sentí dolor, desesperación, impotencia, pero yo quería ver a mis hijos”, concluyó.
Redacción Maduradas con información del Correo Caroní.
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