Recientemente, una mujer estadounidense, identificada como Anna Molinari, contó, en redes sociales, cómo arrojó una botella en el mar con un mensaje y, meses después, terminó formando un vínculo emocional con el hombre que encontró el referido mensaje. Ahora, a nueve años del hallazgo, los dos se conocieron presencialmente.
EFE
Anna, de 25 años, reveló la historia el 9 de junio, a través de una serie de videos en su cuenta de TikTok @annamolinstinct. Según contó, todo comenzó cuando ella tenía 16 años y aún asistía a la escuela secundaria.
Por aquellos tiempos, Anna y sus compañeros de colegio emprendieron un viaje de seis semanas a bordo de un velero. La travesía empezó en República Dominicana y concluyó en Rhode Island, estado de EE.UU. El propósito de la aventura era estudiar los modos de navegar. Por esto, les habrían quitado sus teléfonos celulares, con el fin de evitar distracciones.
En una oportunidad, mientras se dirigían hacia las islas Bahamas en el barco de vela, Anna y sus amigos decidieron redactar cartas para luego arrojarlas al mar. En el texto, la joven Anna escribió reflexiones sobre la vida y también acerca de lo que aprendió al navegar por esas aguas. Luego, introdujo la carta en una botella y la dejó en el mar.
A pesar de que albergaba esperanzas de recibir respuesta a su mensaje, se sorprendió que que alguien diera con él. Había dejado la dirección de su escuela en la carta.
Un día, tras meses de incertidumbre, llegó un sobre a la escuela. Dentro del mismo, había una carta para la joven, la cual firmaba un muchacho llamado Summer, que, por entonces, tenía 18 años. La misiva fue hallada en Carolina del Norte.
El muchacho le respondió que se sentía identificado con lo que había escrito ella acerca de la vida.
Pronto, Sumner y Anna se hicieron amigos en las redes sociales y continuaron conversando por chat. En una oportunidad, Anna lo invitó a comer en una casa de verano en la que se encontraba con su familia y pese a las advertencias de sus allegados sobre encontrarse con un desconocido. Sin embargo, contra todo pronóstico, el encuentro, en Outer Banks, fue un éxito.
«En ese momento yo tenía 17 y él, 19. Nos sacamos fotos y conoció a mis padres y abuelos. Sumner me contó que el día que halló la botella, justo le había solicitado al capitán de su barco que desviara el rumbo de la embarcación. Si ellos no se hubiesen desviado, no habrían localizado la botella», narró Anna.
Antes de despedirse, Sumner le regaló una camiseta a Anna con el nombre de su barco para conmemorar la amistad entre ambos. Luego de esta reunión, siguieron en contacto a la distancia. Pero nunca más se vieron: estaban muy ocupados con sus cosas. Hasta que, el pasado 13 de junio, se reencontraron.
Muchos internautas que conocieron la historia de ambos, les pidieron que intentaran sostener una relación. Sin embargo, ninguno de los dos ha manifestado nada al respecto.
Redacción Maduradas con información de Clarín
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