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“Las circunstancias de la muerte de Marilyn Monroe fueron deliberadamente encubiertas”: las incógnitas que rodean el fallecimiento de la actriz 60 años después

El pasado viernes 5 de agosto, se cumplieron 60 años de la muerte de Norma Jean Baker, conocida artísticamente como Marilyn Monroe.

Archivo

Su solitaria muerte de madrugada es considerada oficialmente como “probable suicidio”, aunque ha desencadenado múltiples hipótesis y teorías conspirativas que circulan hasta la actualidad.

Anthony Summers, periodista y escritor británico, se adentró en los años 80 en una profunda investigación, ahora actualizada, para tratar de esclarecer el misterio.

Netflix

“Fui a Los Ángeles y empecé a mirar qué hacía el fiscal de distrito. Muy pronto me di cuenta de que la historia era mucho más amplia y complicada de lo que pensaba”, señaló Summers a BBC Mundo.

La investigación comenzó en 1982, dos décadas después de la muerte de la actriz.

También me di cuenta de que su vida entera había sido mal cubierta por la prensa, excepto en dos o tres biografías. Había mucho que aprender”, aseguró.

El escritor se compró un vehículo y comenzó a tocar a tratar de entrevistar a personas para indagar sobre lo ocurrido. Sin embargo, las evasivas o negativas directas de la gente a hablar le demostraron que, a pesar del paso del tiempo, la muerte todavía levantaba temores y suspicacias.

Pese a ello, Summers no se dio por vencido, ya que logró entrevistar a más de 700 personas, algunas de estas tenían conocimiento muy cercano de los últimos días y horas de vida de la actriz. Una de ellas fue su ama de llaves, Eunice Murray, o la familia del doctor Ralph Greenson, su último psiquiatra.

Gracias a esa investigación, el periodista británico publicó en 1985 Goddess: The Secret Lives of Marilyn Monroe (“Diosa: las vidas secretas de Marilyn Monroe”).

No encontré nada que me convenciera de que fue asesinada, pero sí hallé pruebas de que las circunstancias de su muerte fueron deliberadamente encubiertas”, afirmó Summers.

Ese libro ha sido actualidad y reeditado en varias oportunidades, además, ha servido de base para el reciente documental de Netflix The Mystery of Marilyn Monroe: the Unheard Tapes (“El misterio de Marilyn Monroe: las cintas inéditas”) en el que se pueden apreciar grabaciones hasta ahora desconocidas de personas muy próximas a Monroe.

Hermanos Kennedy

“Y diría que la evidencia sugiere que fue así por la conexión de la actriz con los hermanos Kennedy”, añadió.

El misterio que rodea el deceso de la modelo se centra en la supuesta relación que tenía con los hermanos John y Robert “Bobby” Kennedy, que en ese entonces eran el presidente y el fiscal general de Estados Unidos respectivamente.

El escritor halló fuentes directas que corroboraran que Monroe y los Kennedy coincidieron con cierta frecuencia en la mansión de Peter Lawford, cuñado de los políticos y conocido de la actriz, en la playa de Malibú.

Por otra parte, otros entrevistados se refirieron a una supuesta relación sentimental de la cantante con ambos políticos, primero con el presidente de Estados Unidos y luego con el fiscal general, que nunca ha sido reconocida por la familia Kennedy.

Entre las grabaciones de los testimonios que Summers recopiló se encuentran detectives privados, exagentes e informantes del FBI que reconocen de forma abierta que tanto la actriz como los políticos estaban siendo espiados.

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Fred Otash y John Danoff, investigadores involucrados en el caso, le dijeron al escritor que la casa de la actriz y la de Lawford tenían micrófonos instalados por las autoridades y por supuestos grupos mafiosos a los que les interesaba tener un posible escándalo con el que presionar al fiscal general de Estados Unidos.

Asimismo, el periodista tuvo acceso a expedientes oficiales que señalan que el FBI investigaba a la modelo por su presunta ideología izquierdista y que la agencia consideraba “motivo de preocupación por cuestiones de seguridad” las reuniones de Monroe con el presidente y con el fiscal general.

De acuerdo con la investigación de Summers, esa situación originó que los Kennedy terminaran toda relación con uno de los símbolos sexuales más populares de la década de 1950 y principios de los 60.

Reed Wilson, un agente que era experto en escuchas y trabajaba tanto para el FBI como para la CIA, le reveló a Summers que, en la última conversación de Monroe con Peter Lawford el mismo día de su muerte, la actriz exigió que la dejaran en paz.

Me siento usada. Me siento como un pedazo de carne. Siento que me han pasado de uno a otro”, recriminó Monroe, citada por Wilson.

El exagente considera que las palabras de Monroe no hacían referencia a que tuviera un corazón roto, sino que “era más bien que sentía que se habían aprovechado de ella, que le habían mentido”.

¿Asesinato?

La idea de que la actriz pudiera convertirse en una figura molesta o peligrosa para los hermanos Kennedy causó que la teoría del asesinato ganara fuerza.

No obstante, Summers asegura que no existe evidencia que la sustente.

“La insinuación de que fue asesinada no tiene una base fundamentada en hecho. Para sugerir que alguien ha sido asesinado tienes que tener alguna prueba y no la hay”, aclaró a BBC Mundo.

Al mismo tiempo, señala que “la evidencia de la noche que murió sí indica que se fabricó una historia, que no se contó la verdad sobre cómo se desarrollaron los hechos”.

“Según la versión que se dio en su momento, el ama de llaves Eunice Murray vio una luz [en la habitación de la actriz] a las 3 de la madrugada del domingo 5 de agosto y llamó a Ralph Greenson, el psiquiatra de Monroe, quien al llegar miró por la ventana y la vio tendida en la cama, aparentemente muerta. Entonces Greenson rompió el vidrio y, al cabo de un rato, él y Murray llamaron a la policía”, menciona.

No obstante, el escrito británico reunió testimonios de otras personas con una versión distinta, como Nathalie Jacobs, viuda del representante de prensa de Monroe, que recordó que alguien avisó a su esposo de que había una emergencia con la actriz a las 10 o las 11 de la noche del sábado 4.

En esa línea, el forense que practicó la autopsia, Thomas Noguchi, estableció como hora probable de la muerte las 11 o las 12 de la noche, lo que colocaría la fecha del deceso en el 4 de agosto y no el día 5.

“Me llevó mucho tiempo ver qué piezas del rompecabezas podía encontrar y si encajaban”, comenta.

Dijo que con el dato ofrecido por el jefe de la empresa de ambulancias Schaefer y que fue corroborado por otras siete personas, pudo “hacer un análisis más real de los tiempos” tras descubrir que una ambulancia fue enviada a casa de Monroe.

Quedé convencido, y ahora lo estoy aún más, de que hubo un engaño sobre lo que pasó, pero no que la hubieran matado. No se veían daños físicos según la autopsia, tampoco señales de inyecciones”, insiste.

Aseveró que para poder llegar a esa conclusión, se deben hacer preguntar sobre qué otra cosa pudo haber sucedido. “Se encontraron pastillas para dormir, un frasco vacío de Nembutal, que es un barbitúrico”, precisó.

Me pareció completamente posible que hubiera muerto por sobredosis accidental. O que se hubiera matado deliberadamente, algo que había intentado antes”, destacó.

Para Summers, es más probable que la muerte de la actriz “fuera un terrible accidente”. “Si hubiera querido suicidarse, yo esperaría que se lo hubiera dicho a alguien o que hubiera dejado una nota informando que se estaba matando. No parece que lo hiciera”, explicó.

“Nunca lo sabremos, creo, pero me decanto por el lado de la muerte accidental”, expresó.

Actualizaciones

En una de las actualizaciones de su libro, el escritor logró incorporar ciertas piezas que le faltaban a su singular rompecabezas.

Entre ellas se encuentra Sydney Guilaroff, peluquero de Monroe en varias de sus películas y confidente de la actriz.

Recordó que se reunió en reiteradas oportunidades con Guilaroff cuando estuvo en Los Ángeles en los años 80.

“Siempre era muy amable y cooperativo sobre cosas que ocurrieron antes de la muerte de Marilyn, pero se comportaba de forma muy extraña cuando le preguntaba sobre los eventos de esa noche”, indicó.

Summers enfatizó que “años después, Guilaroff describió en su biografía cómo a las 9:30 de la noche en que murió, Marilyn lo llamó. Sonaba aletargada y disgustada”.

Le contó desesperada que estaba ‘rodeada de peligros, de traiciones de hombres en altos cargos’ y que Robert estuvo en la casa ese mismo día y la había amenazado y gritado”, relata Summers.

Además, el ama de llaves también le comentó al periodista que Kennedy supuestamente visitó a la actriz esa tarde, y que tuvieron una acalorada discusión.

“Mi interpretación, con base en todas las personas con las que hablé, es que Bobby fue a verla ese día, que discutieron y que él tenía que dejar la ciudad, por eso necesitaban ganar tiempo”, opina el escritor.

Por tal razón, consideró que “hubiera sido comprometedor que se supiera que había estado en la casa horas antes de su muerte. Parte del retraso era para asegurarse de que Bobby estaba fuera de la ciudad”.

El periodista logró tener acceso a los registros de vuelo de un helicóptero que esa misma noche despegó de la casa de Peter Lawford.

No obstante, Robert Kennedy nunca reconoció que estuviera en Los Ángeles el día en que murió la actriz.

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Redacción Maduradas con información de la BBC.

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