La mañana del pasado 1 de noviembre, un niño de 5 años de edad falleció por un traumatismo craneoencefálico tras caer por una claraboya ubicada en el techo del Colegio Humboldt, donde se encontraba con su maestra y otros compañeros de clases.
Ese caso causó gran controversia en redes sociales sobre las medidas de seguridad que deben existir en los centros educativos. Carlos Trapani, coordinador general de Centros Comunitarios de Aprendizaje (Cecodadp), explicó en una entrevista a 2001 que en un salón de clases se debe tener un plan de riesgo.
El especialista en derechos de niñas, niños y adolescentes indicó que la infraestructura de la unidad educativa debe estar acorde al nivel académico que se implementa.
Aseguró que en la educación de un menor entre los 3 y 6 años de edad necesita más atención y responsabilidad, en especial en salones con un aforo muy grande de alumnos.
Trapani señaló que la directiva tiene que prestar atención a la matrícula de una sola aula de estudiantes de preescolar y estudiar qué tanto apoyo necesita un docente para saber si trabajan con una o más auxiliares.
“Dentro de estos espacios no tendría que haber líquidos tóxicos como cloro u otros artículos de limpieza que puedan ser ingeridos por el pequeño en un momento de descuido”, precisó.
Tampoco recomendaría que se trabaje con granos como arroz, caraotas o lentejas. Aunque pueden ser empleados para que el niño mejore su capacidad de contar o separar, pueden ser peligrosos cuando el menor decide tragarlo o ponerlo dentro de su oído.
Por otro lado, todos los centros educativos tienen que contar con permisos de funcionamiento válidos, obtenidos a través de la evaluación de un grupo de bomberos, quienes inspeccionan las instalaciones y dan el visto bueno, en cuanto a salidas de emergencia, estructura, entre otras cosas.
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Redacción Maduradas con información de Diario 2001.
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