El 15 de agosto de 1993, Victoria Eugenia Henao vio por última vez a su esposo, Pablo Escobar Gaviria, cuando huían hacia un refugio, ella iba en un carro con sus hijos, mientras que él iba detrás de ellos y antes de tomar un rumbo diferente tocó la bocina dos veces.
Infobae.
Ese fue el último gesto de Pablo Escobar hacia su familia, una despedia que Henao describió: «Parecía un adiós para siempre».
Henao veía las señales sobre el final de Escobar en todas partes, desde lo esotérico hasta su intuición, pero la verdad es que si enfrentaba una amenaza.
Mauricio Puerta, astrólogo, aseguró que la carta astral del narcotraficante mostraba un fatal desenlace: «Por la influencia de Saturno, tendrá cita con la muerte antes de fin de año».
Para ese punto, Escobar estaba casi solo, sin dinero y completamente acorralado, murió el 2 de diciembre de 1993, rodeado por sus enemigos.
Su hijo, Juan Pablo Escobar, quien cuenta con una nueva identidad como Sebastián Marroquín, asegura que su padre se suicidó.
«Papá se suicidó. El tiro fue en la oreja. Me había incluso enseñado a ejecutarlo, por si me acorralaban. No lo mató, se suicidó. Por otra parte, él decía: ‘Prefiero una tumba en Colombia antes que una celda en los Estados Unidos’. Por otro lado, estaba descalzo. Como entregado. Estar descalzo implicaba que no iba a fugarse», señaló.
Su madre coincide con él, afirma que su esposo se mató para que su familia pudiera vivir.
Henao recordó que luego de la muerte de Pablo Escobar, sus enemigos querían arrebatarle la vida a su hijo por temor a que siguiera su legado.
«Les dimos todo lo que teníamos, negociamos. Pero la vida que llevó mi hijo les demostró que iba a estar del lado del bien, nada de guerras ni de seguir el legado sangriento de su padre», aseguró Henao.
Redacción Maduradas con información de Infobae.
Lea también: