Vladimir Putin, uno de los hombres más poderosos y reconocidos del mundo, parece tener cierta debilidad por las celebridades, con quienes se relacionó a lo largo de los años y que ahora opinan diferente a él con respecto a la Guerra y su avanzada contra Ucrania.
Putin llegó a compartir tragos con el protagonista de «Titanic», Leonardo DiCaprio, y estrechó la mano de la modelo británica Naomi Campbell en el Foro Internacional de Conservación del Tigre en San Petersburgo, en el 2010; también se sentó con el actor Jack Nicholson en el Festival Internacional de Cine de Moscú en 2001; e incluso fue fotografiado conversando con el cantante Paul McCartney antes de un concierto en Moscú en 2003.
Pero un vínculo en particular sorprendió a muchos, se trata de la estrella de «Baywatch», Pamela Anderson, quien se reunió con Putin y lo visitó en varias oportunidades, luego de estos encuentros comenzaron a surgir especulaciones sobre si existía una relación sentimental entre ellos.
La relación entre ellos se remonta a hace más de una década, ella era una reconocida activista por los derechos de los animales y se puso en contacto con el mandatario ruso para tratar de persuadirlo de que prohibiera el apaleamiento de focas en Rusia y detuviera las importaciones de mamíferos marinos.
Parece que tuvo éxito, pues en 2009 Putín prohibió la práctica poco después de la reunión con la artista.
En 2015, nuevamente ella lo contactó, esta vez a través de una carta donde lo instaba a detener el comercio de sangre y carne de ballena, buscaba persuadirlo para que bloqueara el paso de un buque que transportaba 1.700 toneladas de carne de rorcual común en peligro de extinción que iba hacia los mercados japoneses.
La carta comenzó diciendo: «Estimado Vladimir Vladimirovich, creo que ambos compartimos un amor mutuo por los animales y un profundo respeto por la naturaleza y por esta razón me gustaría hacerle una solicitud personal, en nombre de las ballenas de aleta en peligro de extinción».
Y continuó «Presidente Putin, puede detener este tránsito ilegal prohibiendo a este barco que transporte un cargamento de carne de rorcual común en peligro de extinción a través de aguas rusas a Japón. Su decisión podría poner fin a la matanza innecesaria de ballenas en peligro de extinción por parte de Islandia».
Como respuesta, fue invitada a trabajar directamente con Rusia para abordar este problema.
Redacción Maduradas con información de Clarín.
Lea también: