En los pasillos de un centro de salud privado ubicado en San Cristóbal, estado Táchira, se escuchan fuertes pasos de una mujer en tacones que recorre el piso de cardiología durante las madrugadas y aterra a quienes estén en el lugar.
La Prensa de Táchira.
Se trata de la Policlínica, un centro asistencial que guarda una oscura historia, que sorprende a todos.
Dora, una joven enfermera que no conocía sobre este suceso, escuchó aquel sonido durante su primera guardia laboral, ella estaba leyendo un libro para evitar quedarse dormida, pero cuando llegó la medianoche el ruido de unos pasos la asustaron y a pesar de los nervios decidió verificar quién estaba caminando por el lugar, pero en realidad ella era la única persona en los pasillos.
Cuando eran cerca de las 3:00 de la madrugada, la enfermera decidió hacer un recorrido por las habitaciones para examinar el estado de los pacientes que estaban hospitalizados en el piso, pero cuando entró a la primera habitación una paciente le informó que otra enfermera le había tomado la tensión media hora antes y que había determinado que se encontraba bien.
Dora sintió dudas por el comentario de a paciente porque era la única enfermera en ese turno, pero evitó darle importancia y siguió su recorrido, al llegar a la habitación de un joven que había sido operado a corazón abierto y tenía un estado de salud delicado, este también manifestó haber sido visitado por otra enfermera.
«Me siento bastante mejor, la otra enfermera vino hace rato y me dijo que estaba respondiendo bien al tratamiento, gracias a las dos por cuidarme tanto y estar pendiente de mí», señaló el joven.
Dora decidió esperar en la recepción de cardiología hasta que se hicieran las 6:00 de la mañana y llegaran sus compañeras para intercambiar el turno, no puso dormir angustiada por la posibilidad de que la enfermera que no había podido ver hiciera otro recorrido visitando a los pacientes.
Cuando sus compañeras llegaron la notaron nerviosa y asustada, por lo que le preguntaron qué le ocurría, ella explicó lo sucedido y una de sus compañeras le dijo: «Tranquila, seguro es Natalia que de nuevo anda taconeando los pasillos de la clínica, ella era una de las mejores enfermeras y falleció hace algún tiempo, pero aún recorre el piso para visitar a los pacientes, los atiende y revisa; es como un ángel».
Natalia era una enfermera muy entregada quien estaba muy enamorada de su esposo, a tal punto que cuando este le pidió el divorcio ella decidió suicidarse. Su muerte se produjo en 1973, pero se dice que aún recorre los pasillos de la Policlínica.
Redacción Maduradas con información de La Prensa de Táchira.
Lea también: