El nombre de Tatiana Em ha pasado, durante mucho, desapercibido, pese a que, de acuerdo con El Tiempo, tendría relación con fuerzas militares rusas y venezolanas. Hasta hace poco, fue parte del liderazgo de la iglesia cristiana Palabra Viva que funciona en Colombia y que cuenta con al menos tres sedes en la ciudad de Bogotá.
A varios feligreses les llamó la atención el contenido de las prédicas de la pastora que, pese a su origen ruso, manejaba perfectamente el español. Además, su esposo sería de origen venezolano.
La iglesia en la que sirve Em tiene más de 12.000 seguidores en redes y funciona en el barrio Puente Largo, una localidad de Suba.
Los sermones de la mujer de 34 años de edad están disponibles en redes sociales, donde luce también prendas militares.
«Yo conocí a un militar ruso, y cuando estábamos hablando me impactaba la manera en que se expresaba. Él decía que cuando los jóvenes rusos están ingresando a la academia militar (…) es algo así como que allá les están quebrando la voluntad (…). Si tú eres militar, quieres servir en el Ejército, y te mandan a la frontera a una guerra y te dicen ‘al ataque’, a pesar de que tienes miedo, tienes que obedecer», habría predicado, en cierta ocasión, Em, como un llamado de atención a los fieles de la iglesia.
Autoridades investigaron
Las dudas de algunos ciudadanos hicieron que autoridades colombianas se dieran a la tarea de investigar y detectar que, desde 2014, Em ha ingresado varias veces a territorio neogranadino. En primera instancia, ingresó como turista a través del Puesto Migratorio de Cúcuta, y luego bajo el rótulo de religiosa.
Al parecer, a Venezuela habría llegado en el año 2011 en calidad de traductora de Kurganmashzavod, la más importante planta de producción de materiales para la defensa de Rusia, la cual está ubicada en Kurgán, y que fabrica, entre otros materiales, tanques de combate de la serie BMP: BMP-1, BMP-2 y el BMP-3.
Entre 2010 y 2011, antes de migrar a Venezuela y radicarse en Valencia (estado Carabobo), la mujer se desempeñó como traductora en Rostvertol, fabricante de helicópteros en Rostov del Don.
Con visa cristiana
En Venezuela, Em estuvo por casi una década. En 2019, arribó a Colombia y, según comenta El Tiempo, la mujer solo llevaba consigo tres documentos: el pasaporte de su país, un carnet de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) y la visa colombiana otorgada gracias a la gestión de la iglesia, a la que está ligado su esposo venezolano.
Em llegó a tener un alto cargo con un igualmente alto salario en su país, por lo que su cambio de vida llamó, poderosamente, la atención de algunos miembros de la iglesia, especialmente, porque en Venezuela trabajó con fuerzas militares y ahora se dedica a predicar la palabra de Dios.
Sin embargo, pese a las suposiciones, Diego Albarracín, líder de la agrupación religiosa, defendió a su invitada, a quien pagó su estadía en Colombia.
«Los conozco personalmente, han estado en mi casa. Claro, uno podría pensar: ‘esto es espionaje ruso’. Pero no, esa mujer con el esposo son muy pilos y nobles. Y ella inclusive poco tocaba lo de su trabajo«, comentó el pastor a El Tiempo. Además, detalló que conoció a Em a través de una venezolana que asistía a la congregación.
Redacción Maduradas con información de El Tiempo
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