Dos jóvenes de diferentes departamentos de Colombia que se conocieron por internet decidieron casarse y más tardes sus vidas y las de su familia se convirtieron en una pesadilla.
El Tiempo
Se trata de la historia de Maryuri Blanco Franco, oriunda de Cúcuta, Norte de Santander, y Jair Lara Posada, proveniente del corregimiento Angostura en Zan Zenón, quienes con solo un par de meses de conocerse decidieron casarse.
Blanco se fue a Santa Marta donde estaba radicado Lara a pesar de que su familia no estaba de acuerdo con la relación y estaban preocupados por su decisión de mudarse con el hombre hacia una región lejana.
Se casaron ante Dios en diciembre de 2019, en la ceremonia no se hicieron presente los familiares de Blanco. Esta decisión dejó a la joven casi incomunicada con su familia como consecuencia de las molestias por su elección.
La hermana de la enamorada, Yainny Blanco, cree que la nueva pareja de su pariente le prohibía tener contacto con ellos y para lograrlo tuvo que cambiar de número telefónico y solo hablaban en pocas oportunidades a través de las redes sociales.
«Aunque era inevitable que estuviéramos intranquilos, decidimos no meternos más en sus cosas y que ella misma se diera cuenta que estaba cometiendo un error porque ese hombre no nos daba confianza«, contó Yainny.
La familia de la joven decidió no involucrarse más en sus decisiones, pero en octubre la vieron en una videollamada que los dejó aterrados, pues ella había bajado mucho de peso, tenía ojeras marcadas y moretones por todo el cuerpo.
Los familiares de Lara aseguraron que la muchacha venía presentando alteraciones nerviosas y ataques de ansiedad, se negaba a comer y tenía problemas para dormir.
«De un momento a otro se ponía a llorar, se desesperaba y se tornaba agresiva, golpeándose y mordiéndose sus labios«, explicó el esposo.
En mayo pasado la pareja se había mudado al corregimiento de Angostura por la pandemia y a principio de noviembre regresaron a la ciudad para que ella pudiera recibir atención médica.
«La llevamos inicialmente a una clínica y allí nos dijeron que su enfermedad era psiquiátrica así que la remitimos a un centro médico que tratara esa patología”, detalló Lara.
Los hermanos de la joven también viajaron hasta Santa Marta para ver personalmente a la muchacha quien ya no hablaba y tenía el aspecto de un paciente con enfermedad terminal.
«Estaba irreconocible, no teníamos duda de que algo le habían hecho; Maryuri es una mujer alegre y sana y la querían pasar, primero como enferma de covid-19 y luego como si estuviera loca para desviar lo que realmente sucedió», manifestó un pariente.
La familia de Blanco se la llevó e hicieron denuncias contra Jair Lara, además hicieron públicas las condiciones de salud de la joven y su historia.
Lara fue señalado de supuestamente abusar sexualmente de su esposa, además de darle maltrato físico y psicológico y negarle la alimentación.
El joven es un estudiante de educación física de 24 años que ahora sufre ataques y amenazas, por lo que tuvo que esconderse y cerrar sus redes sociales.
Su hermana, Saday Lara, contó que toda la familia «está viviendo un infierno» por la situación de Jair, quien supuestamente está deprimido por no tener información de su esposa y con temor por las amenazas que recibe a diario.
«Nuestra principal defensa es la historia clínica que muestra que Maryuri no ha sido violentada ni abusada. Ya el caso está en manos de un abogado que demostrará la inocencia de mi hermano», expresó Saday.
Por otro lado, la familia de Maryuri informó que ella está recibiendo atención médica en Cúcuta y se recupera lentamente.
Redacción Maduradas con información de El Tiempo.
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