Los contagios por coronavirus en Portugal ascienden ya a 1.280 y el número de fallecidos a 12, según los últimos datos del Gobierno, que espera alcanzar el pico de máxima gravedad el próximo 14 de abril.
La estimación se basa en la evolución del número de casos del COVID-19 hasta la fecha, explicó en rueda de prensa la ministra de Salud, Marta Temido, encargada de presentar los datos actualizados.
Por ahora, se cuentan 1.280 contagiados en el país, 260 más que este viernes, en tanto que las muertes ascienden a 12, el doble que hace 24 horas.
El 3 % de los enfermeros están «en estado crítico» y la tasa de mortalidad actualmente es del 0,9 %, agregó la ministra, que avanzó que la semana que viene se implantará «un nuevo modelo de abordaje al enfermo».
Dicho modelo consiste fundamentalmente en separar en centros hospitalarios a los contagiados de los no contagiados y en potenciar que los enfermos no graves puedan permanecer en casa y ser tratados a distancia por los profesionales.
Se modifican también las recomendaciones de seguridad para residencias de ancianos, en aras de proteger a la «población más frágil frente al virus», aunque la ministra también lanzó una advertencia a los jóvenes.
«Necesitamos entender que nadie está inmune, aunque en algunas franjas de edad (la enfermedad) sea relativamente inocua, y por tanto todos debemos tener cuidado», avisó.
Portugal se encuentra desde el jueves en estado de emergencia durante 15 días, con posibilidad de ser prorrogado, que por el momento solo obliga al confinamiento a quienes estén contagiados y quienes sean sospechosos de tener el virus.
A los mayores de 70 años se les recomienda salir solo para lo imprescindible, como hacer la compra, y al resto se aconseja el recogimiento en casa, saliendo a la calle para ir al trabajo si resulta imposible teletrabajar.
Es una forma de contener el virus con la «mínima perturbación» económica, según el primer ministro, el socialista António Costa, que ha avisado de que se avecina un trimestre «muy duro».
En este contexto, se mantienen abiertos establecimientos de alimentación, servicios médicos, gasolineras, farmacias y bancos, así como floristerías, ferreterías y tiendas de electrodomésticos y tecnología.
Pueden abrir igualmente droguerías, tintorerías, ópticas, establecimientos de productos cosméticos y de higiene, herbolarios y comercios de dietética, papelerías, estancos, clínicas veterinarias, tiendas de animales, talleres, funerarias y servicios de reparaciones, de limpieza y desratización.
Incluso locales para comprar lotería pueden seguir funcionando, y aquellos restaurantes que tienen servicio a domicilio o de comida para llevar.
Pese a no ser un modelo tan restrictivo como los implantados en España o Italia, los portugueses han asumido el consejo de quedarse en casa y la estampa en el país es la de calles mucho más vacías, aunque no desiertas, sobre todo este sábado, primer día no laborable desde que comenzó el estado de emergencia.
Con información de EFE