Carlos Eduardo Kauffmann Ramírez, uno de los empresarios venezolano detenido y condenado en Estados Unidos por el encubrimiento del caso Antonini, abrió una cuenta en Credit Suisse y depositó millones de dólares.
Infobae.
La investigación Credit Suisse, liderada por el centro de investigación Organized Crime and Corruption Reporting Project (OCCRP), reveló que Kauffmann, conocido también como El Demonio, y quien se dedicó a ejecutar negocios a la sombre del gobierno de Hugo Chávez pagando sobornos y gestionando dinero procedente de la corrupción, abrió una cuenta junto a su hermana, Carolina, donde acumuló 9,66 millones de dólares para 2006, dos años antes del escándalo de la valija de Guido Antonini Wilson.
Según un trabajo publicado por Infobae, las turbulencias continuaron en los meses siguientes, pues el gobierno de Chávez le pidió que convenciera a Antonini Wilson de admitir como propia la valija con 800,000 dólares decomisada en agosto de 2007.
Aunque ignoró que cuando regresaba a Miami, en EEUU, Antonini Wilson había comenzado a colaborar con la Oficina Federal de Investigaciones de los Estados Unidos (FBI) y fue detenido, afrontó un juicio junto a su socio, Franklin Durán, y al abogado Moisés Maiónica, entre otros.
Kauffmann y Maiónica acordaron con el fiscal federal Thomas Mulvihil y declararon como arrepentidos en la Corte a cambio de una reducción en sus condenas, mientras que Durán rechazó la propuesta y fue condenado.
En su declaración, Kauffmann reveló detalles de los esfuerzos hechos por el chavismo para comprar el silencio de Antonini Wilson por dos millones de dólares para terminar con el escándalo, y contó sobre sus propias acciones como su protagonismo en 14 sobornos a funcionarios y militares venezolanos.
Kauffmann se paseaba en el mundo financiero venezolano desde 1990 cuando fundó la firma Valores Balcaf, fue agente del mercado de Forex entre 1988 y 2002, y en 1996 montó la casa de cambio Universal Express; trabajó como operador de la firma bursátil InverWorld, donde cobraba retornos a los bancos por invertir dinero de sus clientes en esas entidades.
«Carlos tenía amigos en casi todos los bancos, incluso un compañero de colegio terminó viviendo en Suiza, donde él (Kauffmann) operó varias cuentas. Algunas eran de él y otras eran de funcionarios, y él se encargaba de gestionárselas», explicó un empresario venezolano.
Redacción Maduradas con información de Infobae.
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