Robinson Morey es un venezolano de 28 años de edad, originario de Cumaná (estado Sucre), que ha labrado una sobresaliente carrera como guía espiritual. Migró a la India, gracias a una beca de estudios que duraría dos meses. Sin embargo, hasta la fecha, se quedó en ese país que, a su juicio, era un «sueño».
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Él mismo describe su viaje a la India como una «larga travesía de asombrosas experiencias» en la que ha logrado sanar a múltiples personas que vivieron historias de abuso sexual. Así lo refirió La Patilla.
Tal ha sido su trabajo y tanto reconocimiento en el área de la psicoterapia y yoga que, en el año de 2021, obtuvo el Premio a la Excelencia Humanitaria en el país asiático. El galardón sería producto de la práctica sanadora y conexión espiritual que recurrieron a sus manos para sanar las heridas de abusos. Estas personas estaban cargadas de «angustia, desolación, temor». Incluso, él mismo fue protagnista de un «aterrador» episodio de secuestro.
Aun así, manifiesta que nunca desistió hasta cumplir su misión que era transformar vidas.
Morey fue nombrado, dentro de la filosofía hindú, como Swami Zabethananda Narayan. Cuenta con una trayectoria de más de 10 años de conocimiento en el mundo espiritual.
La beca por la que optó para viajar a la India es la de la formación de Ayurveda, en la Ciudad de Rishikesh: «Quería visitar ese país mágico y lleno de tanta mitología, sabiduría y diversidad espiritual«.
Aunque reveló que le resultó complicado el tema del idioma, progresivamente, se fue adaptando a su entorno. En pleno inicio de la pandemia, vio sus planes trastocados y se vio obligado a permanecer mucho más de lo previsto fuera de Venezuela. Pero sus conocimientos lo ayudaron a reinventarse en medio de la crisis con terapias y fisioterapias dirigidas a compañeros del centro de estudios.
«Recibí el apoyo de una señora de 70 años de EEUU y otra mujer embarazada de Hong Kong. Luego empecé a trabajar en hoteles, así como dictar clases, cursos y formaciones online a través de mi escuela de yoga Prema Yoga School», señaló.
Así mismo, reveló: «Al principio, estuve en el Instituto de Ciencias Védicas y Medicina Alternativa. Después de finalizar mis estudios, me mudé a Antalya, un hotel donde me dieron la alternativa de ofrecer mis servicios en el campo del yoga terapéutico, acro yoga y meditación. Allí hice muchos amigos. Una vez que las reglas en India fueron más flexibles para viajes domésticos, tomé mi mochila y realicé varios peregrinajes«.
Aprovechó la oportunidad para indicar que tiene previsto continuar con su labor humanitaria, trabajando con ONG en India y con el apoyo de organizaciones afines de origen venezolano.
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Redacción Maduradas con información de La Patilla
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