El mandatario de Estados Unidos, Donald Trump, ha cuestionado la legalidad de las elecciones presidenciales celebradas el pasado martes 3 de noviembre y criticado la efectividad de los votos por correo electrónico.

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Esa posición ha aumentado las interrogantes de que, luego de que se conozca al nuevo inquilino de la Casa Blanca, y en el caso de que no sea una continuación del gobernante, Trump reconozca una posible derrota ante su contrincante demócrata, Joe Biden.
“Están tratando de amañar unas elecciones y no podemos dejar que eso ocurra. (…) Nuestro objetivo es defender la integridad de las elecciones, por lo que no permitiremos a los corruptos que nos roben”, expresó el presidente este jueves 5 de noviembre en una rueda de prensa.
En ese sentido, Trump ha afirmado que solo podría perder esos comicios por un fraude electoral, situación que ha recordado la crisis protagonizada en el año 2000 por George W. Bush y Al Gore por el recuento de votos en Florida. La Corte Suprema de Estados Unidos terminó dándole la victoria al entonces gobernador de Texas.
Biden se aproxima a la Casa Blanca, con 253 votos electorales de los 270 necesarios para ganar, mientras Trump continúa detrás con 213, según las proyecciones de CNN.
“Estoy absolutamente convencido de que (el Ejército) lo escoltará fuera de la Casa Blanca ipso facto”, dijo en julio Biden cuando fue consultado sobre una posible transferencia del poder a su favor el próximo 20 de enero.
Esa postura fue ratificada por la campaña del demócrata este viernes 6 de noviembre, cuando todavía no se definen los resultados de estados que se han convertido en claves para conocer al vencedor de este proceso electoral: Carolina del Norte, Georgia, Nevada, Pensilvania y Arizona.
“Como dijimos el 19 de julio, el pueblo estadounidense decidirá esta elección. Y el gobierno de Estados Unidos es perfectamente capaz de escoltar a los intrusos fuera de la Casa Blanca”, afirmó el portavoz de la campaña Andrew Bates en un comunicado.
No obstante, el general Mark Milley, jefe del Estado Mayor Conjunto, indicó a NPR en octubre que tiene la intención de mantener al Ejército fuera de cualquier disputa electoral.
“Esta no es la primera vez que alguien sugiere que podría haber una elección impugnada. Y si lo hay, los tribunales y el Congreso de los Estados Unidos lo manejarán de manera apropiada. Las fuerzas armadas estadounidenses no tienen ningún papel en la determinación del resultado de las elecciones estadounidenses. Cero. Allí no hay ningún papel”, explicó Milley.
Redacción Maduradas con información de CNN/Infobae.
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