Pese a que los hermanos Menéndez calificaron de mentirosa la serie “Monstruos: la historia de Lyle y Erik Menéndez” e hicieron señalamientos en contra del productor Ryan Murphy, considerado uno de los grandes talentos para ficcionar las historias de true crimen, la producción de Netflix podría traer cambios para el futuro de los hermanos.
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El Espectador
La serie generó expectativas por revelar lo que pasó con los hermanos que mataron a sus padres José Menéndez y Kitty Menéndez en su mansión de Beverly Hills, el 20 de agosto de 1989. En ese momento ellos llamaron al 911 asegurando que tras regresar del cine encontraron que alguien le había disparado a sus padres.
Sin embargo, los jóvenes comenzaron a levantar sospechas al gastar en ropa, carros, relojes y viajes. Más tarde, Erik, el hermano menor, confesó el crimen a su psiquiatra.
Inicialmente, ninguno de los dos habló sobre abusos; pero, más adelante ese fue el principal argumento de su defensa.
Durante los juicios se descubrió que el padre tocó a los niños desde que tenían 6 años de edad y luego, comenzó a violar a Lyle, los hermanos declararon situaciones similares. Al parecer, ambos permanecían despiertos temiendo que su padre asaltara sus camas por las noches; pero, ninguno habló sobre lo que ocurría.
Unos días antes de las muertes, tras una discusión familiar, el episodio muestra que Erik descubrió que su hermano tenía un peluquín, lo que sacó a relucir la verdad entre los hermanos.
Tras más situaciones tensas en la familia, y con la madre al tanto de los abusos sin denunciarlos, los jóvenes se armaron, fingieron ir al cine y asesinaron a sus padres. Armaron una escena violenta para que se pensara que los autores eran mafiosos.
Redacción Maduradas con información de El Espectador.