En 2013, el presidente Nicolás Maduro aprobó la creación de un Centro de Investigación Desarrollo e Innovación en Ciencias y Artes Militares, y para tal cargo designó al Contraalmirante Roberto Betancourt Arocha como su presidente, reporta NTN24. Deberíamos suponer entonces que el Contraalmirante y su familia deberían llevar una modesta vida socialista, pero no es el caso. Tal como el resto de los enchufados, quienes se dan la gran vida y viajan por el mundo con nuestro dinero, esta familia está lejos de tener una vida ajustada en lo económico.
Nada más se supo del despacho destinado a ser parte de un “sistema científico educativo», como lo dijo el propio Maduro, hasta que, durante la semana, en el desfile militar antiimperialista, fue fotografiada la mujer del Contraalmirante, Liselotte Marin Villegas, luciendo una vestimenta costosa que incluía lentes de Ray-Ban y cartera Gucci de 590 dólares, lujos que no puedo darse cualquier venezolano y que nada tiene que ver con el discurso socialista y de desprendimiento material del que habla la actual gestión de Gobierno.
