La adolescente de 16 años Brooke Ryan, fue encontrada muerta el pasado 3 de febrero por su madre Anne Ryan en su casa en Broken Hill, Nueva Gales del Sur, Australia, sosteniendo un desodorante y un paño de cocina.
Al parecer la adolescente podría haber inhalado los vapores del aerosol y sufrió un ataque cardíaco, como parte de un famoso reto viral conocido como «chroming» (cromado), fuentes oficiales revelaron que Brooke fue hallada acostada boca abajo con los implementos.
Ryan advirtió a otros padres sobre los peligros del abuso que están haciendo los jóvenes al inhalar estos productos, debido a que cree que su hija murió del síndrome de muerte súbita por inhalación, aunque el informe del forense aún no fue publicado después de la trágica muerte de la adolescente.
Anne reveló que Brooke luchó contra la ansiedad, especialmente durante la pandemia, aunque estaba decidida a superar los desafíos que enfrentó como siempre lo hizo.
Las señales de advertencia del abuso de inhalantes incluyen dolores de cabeza frecuentes, usar más latas de desodorante de lo habitual y manchas blancas en paños de cocina o toallas de mano.
Ryan está presionando para que los padres y los jóvenes aprendan sobre el riesgo a la hora de inhalar, a la vez que quiere que el etiquetado de las latas de desodorante establezca claramente los riesgos de inhalar aerosoles.
El Centro de información sobre venenos de Nueva Gales del Sur recibió de 2010 a 2017 de 50 a 60 llamadas anuales sobre inhalaciones, la cifra fue en aumento a 75 en 2018, 96 en 2019 y 107 en 2020. Alrededor de la mitad de las llamadas se referían a niños menores de 11 años, mientras que el 20% eran de 12 a 18 años.
Redacción Maduradas con información de El Clarín
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