Justo un día después que fuera centro de polémica por un escándolo mundial que involucró a los sobrinos de su esposa Cilia Flores, la DEA y unos 800 kilos de cocacaína, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, llegó al Consejo de DD.HH. de la ONU en Ginebra para tomar la palabra en un sesión especial.
El presidente Maduro llegó a Ginebra a hablar de derechos humanos justo en el momento en que se desarrollan dos hechos de suma importancia para el país: La confesión del fiscal Franklin Nieves de que usó pruebas falsas para encarcelar al preso político Leopoldo López, y la captura de dos sobrinos de la Primera Dama, Cilia Flores, por narcotráfico en Estados Unidos.
Créditos: Yoset Montes / Prensa Presidencial.
Desde que se conoció la noticia de los familiares de Cilia Flores y Maduro el gobierno ha guardado absoluto silencio.
Maduro sin embargo se refirió a ataques imperiales probablemente como una manera indirecta de referirse a las detenciones de los sobrinos de Cilia Flores.
«No es la primera vez que algún funcionario por allí lanza acusaciones temerarias tomadas de las agendas de acoso mundial de la media imperial contra nuestro país, y no será la primera que derrumbemos las mentiras con la poderosa fuerza de la verdad que tiene nuestra patria”, manifestó el mandatario nacional al inicio de su intervención.
“Hoy venimos a hacer valer nuestros derecho a ser respetados por ser nosotros mismos. Venezuela enfrenta un acoso permanente del tema de los DD.HH. occidentalmente concebidos para intentar marcar a nuestro país, para intentar aislara nuestros país, y proteger a los que conspiran contra los derechos humanos, buscan impunidad para derrocar el gobierno que yo presido”, dijo Maduro.
El presidente venezolano recordó las protestas que se llevaron a cabo en Venezuela durante todo el 2014 que dejaron un saldo de 43 muertos, de los que culpó a factores externos a su Gobierno, al tiempo que exigió respeto al poder judicial venezolano por las acciones que ha tomado en los casos.
Dijo que el objetivo de las llamadas “guarimbas” era el mismo objetivo del 11, 12 y 13 de abril de 2002, “acabar con el esfuerzo de construcción del modelo político”. Argumentó que el gobierno que dirige a Venezuela no viene de las élites “sino de los cambios, sindicatos y luchas obreras”.
Aseguró que gracias a su Gobierno, Venezuela tiene cifras record de reducción de la pobreza, “no es verdad que hay aumento de la pobreza y la miseria. Hoy por hoy a pesar de la guerra económica y de la caída de los ingresos de la renta petrolera, tenemos el nivel más bajo de desempleo, quizá un 4,7, y no sólo eso la calidad del empleo, la protección del empleo y del salario de manera permanente”.
El jefe de Estado aseguró que en su política de defender el salario, sólo en 2015 se han hecho 4 ajustes salariales “muy por encima de la inflación”, aunque admitió que el actual, ha sido un año “muy difícil en lo económico que ha puesto a prueba el modelo para atender a la población más vulnerable. Venezuela va a salir victoriosa del año 2015, queda demostrado que el modelo es viable, útil y exitoso”.
Una vez más, Maduro se victimizó frente a supuestos “grupos extremistas que operan en Venezuela no son cualquier grupo, sino que son muy poderosos en lo económico, lo mediático, con apoyos del mundo”.
Maduro hizo un “alerta frente a la mala utilización de funcionarios que quieren ejercer más poder que las naciones unidas contra otros Gobiernos”. Recordó que decidió ordenar un consejo nacional de DDHH que, asegura, lo hará salir victorioso en el examen que en 2016 hace el organismo en esa materia.
El presidente recordó que el 06 de diciembre Venezuela elige a su cuarta Asamblea Nacional en revolución, omitiendo que ha rechazado la presencia de organismos internacionales como la OEA. Dijo que para ese día “están invitados todos los organismos que quieran participar”.
Información de NTN24.