A través de un trabajo especial hecho por la organización Human Right Watch (HRW) quedó en evidencia que los migrantes, especialmente los venezolanos, que tienen como destino Estados Unidos y son enviados a México a esperar respuesta por solicitudes de asilo, se ven expuestos a diversos peligros.
AP
Uno de los casos recopilados es el de Mauricio, que contó que, en 2019, cuando llegó al aeropuerto de Cancún, un agente de migración lo llevó a una sala y le exigió un soborno de $300 para ingresar al país. A pesar de que el venezolano accedió a hacer el pago, luego el funcionario desapareció y al joven lo deportaron.
En el mes de diciembre de 2019, el ciudadano volvió a intentar llegar a México, pero esta vez se dirigió a Ciudad de México. Esta vez, otro agente de migración le exigió $500 de soborno. Mauricio pagó y el funcionario le dio una visa para ingresar.
«Para ellos solo somos un negocio«, aseguró Mauricio.
En esta oportunidad, cuando ingresó al terminal principal, fue interceptado por un grupo de funcionarios policiales que le pidieron un tercer soborno, esta vez de $400. Uno de los agentes le tomó una fotografía a su pasaporte y a su tarjeta de embarca para enviarlas a una persona desconocida.
Cuando se dirigía a la puerta de su vuelo a la frontera al día siguiente, tres policías se le acercaron y le exigieron un pago adicional de $300 para impedir que lo deportaran. Y, como si fuese poco, en Ciudad Juárez, la policía lo volvió a interceptar y le exigieron los $300 que le quedaban.
En total, Mauricio pagó $1,800 por concepto de sobornos.
Redacción Maduradas con información de HRW
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