De acuerdo con un trabajo publicado por ABC, buena parte de la familia y allegados a la pareja chavista de Nicolás Maduro y Cilia Flores estaría involucrada en los turbios negocios de la explotación y contrabando de oro en el Arco Minero del país.
EFE
Pese a las promesas de Maduro al respecto de las potencialidades de Venezuela con respecto a la explotación del oro, por las grandes reservas del mineral que posee, lo cierto es que muchas denuncias aseguran que los chavistas se están enriqueciendo con este negocio que tiene tantos elementos ilegales que resulta difícil ocultarlos.
El famoso “plan oro”, anunciado en noviembre del año pasado por Maduro quedó en el olvido, luego de que empresas contratistas acostumbradas a la estructura “corrupta” de la estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa). Así lo denunció un empresario minero que prefirió mantenerse en el anonimato, pero que aseguró tener más de 35 años en el negocio del oro.
El mismo empresario afirmó que estos contratistas son militares retirados o civiles relacionados con el “alto gobierno”. Intentan, supuestamente, “monopolizar la industria minera”.
ABC apunta que la minera es la nueva “maquinaria de corrupción” del régimen y, además, la única forma de sobrevivir para las familias que viven en la zona. Así lo puntualizaron habitantes de El Callao.
El modelo de negocio está estructurado por un grupo de inversionistas privados asentado en el sector Nacupay de El Callao en donde fue creado el Complejo Industrial Aurífero Domingo Sifontes, presidido por Eduardo Ribas, un nuevo mecenas del oro relacionado con la familia Maduro-Flores.
La mega estructura industrial acapara alrededor de 2.400 toneladas, unos 50 a 80 kilos de oro mensual. Los mineros artesanales solo sacan el 20% del oro manualmente.
Redacción Maduradas con información de ABC
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