Más de la mitad de Cuba (50.4 %) experimentó apagones este jueves 31 de octubre, una de las cifras más altas registradas este año, superando el 51% que se reportó antes del colapso energético que dejó al país desconectado durante tres días hace dos semanas.
RTVE
Con estos números, más de la mitad de las bombillas del país permanecerán apagadas de manera forzada durante las horas pico, que corresponden a la mayor demanda eléctrica en la tarde-noche.
El 17 de octubre, Cuba alcanzó su mayor tasa de afectación por apagones en lo que va del año, con un déficit máximo cercano al 51 %, según la empresa estatal Unión Eléctrica (UNE).
Al día siguiente, el Sistema Eléctrico Nacional (SEN) sufrió una desconexión tras una avería en la central termoeléctrica Antonio Guiteras, la más relevante, lo que resultó en un corte que duró tres días.
La UNE, vinculada al Ministerio de Energía y Minas, prevé una capacidad máxima de generación eléctrica de 1.630 megavatios (MW) para la tarde-noche, frente a una demanda que alcanzará los 3.150 MW. Esto generará un déficit de 1.520 MW y una afectación real de 1.590 MW durante el pico de demanda.
El informe diario de la UNE indica que seis unidades de generación están fuera de servicio por averías y otras tres están en mantenimiento. Además, 72 centrales de generación distribuida no operan debido a la falta de combustible (diésel y fueloil).
La crisis energética en Cuba se ha intensificado desde finales de agosto y antes del apagón total, los cortes ya estaban en niveles máximos anuales, con tasas de afectación entre el 41 y el 51 %.
El SEN se encuentra en una situación crítica debido a la escasez de combustible, resultado de la falta de divisas para importarlo, así como a las frecuentes averías de las centrales termoeléctricas, que tienen más de 40 años de antigüedad y sufren de una crónica falta de inversión y mantenimiento.
El Gobierno cubano ha arrendado varias centrales eléctricas flotantes en años recientes para paliar la falta de capacidad de generación, aunque esta solución es rápida, costosa, contaminante y no resuelve los problemas estructurales del SEN.
Los constantes cortes de suministro eléctrico impactan negativamente en la economía cubana -que se contrajo un 1.9 % en 2023, según cifras oficiales- y alimentan el descontento social en una población ya gravemente afectada por una crisis económica que dura cuatro años.
Además, han provocado protestas antigubernamentales en los últimos años, incluidas las del 11 de julio de 2021 -las más grandes en décadas- y las de Nuevitas y La Habana en agosto y septiembre de 2022, así como las del 17 de marzo en Santiago de Cuba y otras localidades.
Redacción Maduradas con información de EFE
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