Autoridades de ciudades como Chicago y Nueva York se encuentran lidiando con la llegada de cientos de migrantes provenientes de la frontera sur de Estados Unidos con México y la forma de brindarles albergue, justo cuando los refugios se encuentran sobrecargados y algunos extranjeros han comenzado a dormir en las estaciones de policía.
The San Diego Union-Tribune
Los funcionarios gubernamentales han declarado que no pueden permitirse alquilar habitaciones de hotel para todos los migrantes que llegan en autobuses desde la ciudad fronteriza de Texas, por lo que presionan para obtener más fondos federales.
«Estamos esperando a ver dónde nos van a ubicar», dijo Tomás Orozco, un migrante de 55 años que realizó un arduo viaje de siete semanas a través del Darién desde Venezuela, junto a su familia.
El traslado de migrantes hacia Chicago se incrementó luego de que a principios del mes de mayo el gobernador de Texas, Greg Abbott, reanudara una campaña de transporte de inmigrantes en autobús hacia ciudades más al norte, para aliviar la tensión en la zonas fronterizas.
Eric Adams, alcalde de Nueva York, se sumó a las peticiones dirigidas a la administración de Joe Biden, para que proporcionen más fondos a las ciudades receptoras de migrantes. Para atender la solicitud de albergue, Adams ha comenzado a considerar habilitar los gimnasios escolares como refugios.
Redacción Maduradas con información de Reuters