Descarga las aplicaciones para Android o iOS (iPhone/iPad). Únete al canal de Telegram.

¡MISERÍA DE PAÍS! «El dos por persona» es la frase más común al comprar

En una reconocida empresa líder en el ramo de farmacias de autoservicio de Venezuela, un nutrido grupo de personas se forma en hilera por todo el borde de la entrada, con la esperanza de comprar pañales, acetona y jabón de ducha.


Desde la cola, las personas realizan varias llamadas a familiares y amigos, para indicar «hay pañales”, «hay acetona”, mientras miran con cierto desdén a quien se acerca a consultar sobre lo que llegó.
Enfrente hay un gran abasto de chinos en donde no hay cola, pues tampoco hay acetona, champú, acondicionador, afeitadoras o crema de afeitar.

Colas-Compras-en-Venezuela-Inflacion-Escasez-Desabastecimiento-Alimentos-Supermercados-06162014-11-800x533

Los pasillos están llenos de estantes con ilusiones ópticas. Una primera línea de un producto repetido se extiende por el mismo, pero detrás, el vacío se evidencia. Como se ha hecho costumbre, los automercados continúan llenando sus estanterías con lo que tienen, sin ofrecer variedad de marcas.
Al fondo, una doctora que viste su uniforme rosado, manifiesta su molestia. Reconoce al equipo del diario EL IMPULSO y como guía turístico, acompaña a periodista y fotógrafo, narrando lo que no consigue al hacer mercado.

Con especial énfasis toma una de las últimas bolsas de jabón en polvo que restan en el estante y exclama: «Esto no es suficiente para la cantidad de clientes que viene acá” y prosigue.

Luego, señala el lugar destinado a exhibir los desodorantes y denuncia «sólo hay Mum bolita azul y verde”.

Un poco más allá, aparece el pasillo de productos para el cabello, el cual invita a la aplicación de tratamientos hidratantes y peinados «sin frizz”, gracias a las cremas de peinar, pero ni el champú o el acondicionador se asoman en el anaquel.

Junto a las cremitas del cabello, reposa el último envase de espuma de afeitar para hombres, sin su dupla necesaria. Las afeitadoras también han desaparecido del entrepaño.

Tímidamente, quedan algunas cremas depilatorias, a un lado de cajitas rojas, alineadas detrás de un cartel que reza «Dos por persona. Gracias”.

Al salir del pasillo, un mueble bajito de madera deja entrever sus vetas, las cuales deberían estar tapadas por bolsitas de toallas sanitarias, un producto esencial de la higiene femenina.

En cambio, sólo quedan unas cuantas de la misma marca y como segunda opción, cajas rectangulares de color morado, llenas de una propuesta más discreta.

El relato descrito se repitió en los abastos, farmacias y chinos que el equipo de este rotativo recorrió al conocer cómo hacen mercado los barquisimetanos.

Top