Este lunes 21 de septiembre se iniciaron las clases en Venezuela, en medio de un país asolado por la crisis generalizada y el crecimiento exponencial de casos diarios de COVID-19. Una situación que ha obligado a los venezolanos a desempeñar sus actividades laborales y educativas desde sus casas, una misión casi imposible entre apagones y constantes fallas de conexión a Internet.
Según los últimos datos de Speedtest, para febrero de 2020 la velocidad de banda ancha móvil de Venezuela ocupaba el puesto 139 a nivel mundial, por encima solo de Afganistán y Palestina. Sin embargo, como se ha evidenciado en las redes sociales, las denuncia sobre el deterioro acelerado de la conectividad va en ascenso.
Padres y representantes afirmaron al medio informativo Caraota Digital que han paliado la situación por medio de los datos móviles, pero sostuvieron que económicamente es una solución que a largo plazo es inviable. Precisaron que el monto mensual puede alcanzar los 30 dólares.
Otras de las grandes trabas durante la pandemia son los apagones.
De acuerdo a la Encuesta Diaria Crisis Venezuela, realizada por el gobierno del presidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó, el 92,6% de la población venezolana padece de “suministro eléctrico con interrupciones o fallas en el servicio”.
Mientras que solo un 3,6%, de los consultados en todo el país, manifestó tener un suministro eléctrico de manera regular y sin fallas. Por su parte, un 3,8% dijo no contar con el servicio por 24 horas o más días.
Pese a lo anteriormente mencionado, Nicolás Maduro recalcó que el nuevo año escolar 2020-2021 para la educación primaria, especial e inicial será bajo la modalidad a distancia debido a la pandemia del COVID-19, sin ofrecer detalles de cómo se adecuarán las condiciones para cumplir el objetivo de llevar las clases a cada hogar venezolano.
Aunque, prometió que «mejorarán» los métodos de asistencia pedagógica para apoyar a las familias y a los estudiantes.
Redacción Maduradas con información de Caraota Digital y Speedtest
Lea también: