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El misterioso bosque en Rumania en el que se “detiene el tiempo”, reportan Ovnis y raras desapariciones

En Transilvania, un lugar donde se dice que está el hogar de Vlad Tepes, el famoso Drácula, también cuenta con un misterioso bosque, el Hoia-Baciu, conocido como el Triángulo de las Bermudas de Transilvania.


Este bosque está ubicado al oeste de la ciudad de Cluj-Napoca y una excavación demostró que hace 10.000 años vivió una civilización en el lugar.

Supuestamente en este lugar se produce el fenómeno del tiempo perdido, pues muchos de los que han entrado al bosque han perdido la noción del tiempo y solo cuando salen creen que han estado solo unos minutos, pero en realidad estuvieron horas e incluso días.

Un caso conocido es el de una niña de cinco años que desapareció en el bosque y reapareció cinco años después sin ninguna transformación, tenía la misma ropa, mismo rostro y cuerpo, y ella pensó que solo había estado unos minutos en el lugar.

Otra historia data de 1970 cuando una mujer y su hijo de 10 años supuestamente sintieron un escalofrío al adentrarse al bosque, luego perdieron la conciencia y despertaron en su casa.

También se ha dado conocer que mucha gente sale del bosque con síntomas como ansiedad, náuseas y dolor de cabeza, y marcas extrañas como pequeñas quemaduras, ampollas o erupciones cutáneas.

En 1953 el biólogo e ingeniero, Alexandru Sift, ingresó al bosque para fotografiar el lugar, estuvo siete días y no notó nada extraño hasta que reveló las imágenes donde habían sombras, espectros y cosas extrañas que no vió mientras capturaba las imágenes.

También, desde principios de los años 60 han habido muchos avistamiento de supuestos ovnis en la zona, pero una prueba es considerada irrefutable, ocurrió el 18 de agosto de 1968 cuando el técnico militar Emil Barnea y su novia, Zamfira Mattea, pasaron un par de días dentro del bosque en una carpa, Emil buscaba leña antes de que cayera la noche y escuchó a su novia gritar, corrió hacia la carpa y desde allí vio un disco metálico brillaba de manera fulgurante y flotaba encima de los árboles, luego giró, cambió de dirección y se alejó rápidamente. Pero Emil había logrado sacar su cámara fotográfica y captar cuatro imágenes del ovni.

Redacción Maduradas con información de Clarín.

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