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¡NO SE LA PIERDA! “En Petare hay guerra”: la columna de Ibéyise Pacheco que deja evidencia la complicidad del régimen con la delincuencia armada en el país

Desde el pasado 1 de mayo se registra un enfrentamiento entre supuestos grupos delictivos en el barrio José Félix Ribas de la parroquia Petare, del estado Miranda. Al respecto, la periodista Ibéyise Pacheco escribió una columna donde explica las razones de estos hechos que tituló: «En Petare hay guerra».

El Universal – Archivo

Pacheco indicó en su trabajo que para entender lo que sucede en Petare hay que revisar el pasado, específicamente hace siete años atrás. En 2013, cuando José Vicente Rangel Ávalos era ministro de Interior, comenzó a establecer las zonas de paz en algunos barrios.

«¡Son tan eficientemente irónicos para bautizar acciones cruentas como angelicales! En esos territorios colocaron a los peores bandidos. Los que pagaban penas por ser más reincidentes, por haber cometido los delitos más atroces. En la selección se esmeró la ministra de prisiones, Iris Varela, quien reclutó los llamados pranes, sus protegidos, utilizados por ella para sus guerras personales, a quienes les suministra armas con la garantía de impunidad», señaló la periodista.

Del mismo modo señaló que para el barrio José Félix Ribas, en Petare, el seleccionado fue Wilexis Alexander Acevedo Monasterios, un joven que pagaba condena en Tocorón, con solicitud en seis tribunales penales, imputado por homicidio, secuestro, extorsión y robo.

«Wilexis, investido como juez de paz, alistó a un grupo que creció en armas y miembros. Rifles de asalto AR15, ametralladoras Uzi, variedad de pistolas, granadas, el régimen fue alimentando esa y otras bandas en los barrios, con municiones como para una guerra. Unos 300 jóvenes, de entre 13 y 30 años, conformaron el ejército de Wilexis que solo debía garantizar el sometimiento de la población a la que podía quitarle la vida según su criterio de justicia. Siempre atento a que cuando fuera requerido, su ejército debía estar listo para ‘echarle plomo al pueblo'», indicó.

Además destacó: «Desde el 2014 Wilexis se consolidó como la autoridad local. Ni alcalde, ni gobernador, ni policía regional, ni PNB pisaban su territorio. Wilexis tomó en serio su rol de juez y procesaba a quienes alteraban el orden del sector. Los llamados “bataneros” que hurtaban las baterías de los carros, o los atracadores de carteras de viejitas y teléfonos celulares de los jóvenes, pagaban caro esas agresiones».

Con estas acciones, Wilexis supuestamente ganó respeto y cariño en la zona, reveló Pacheco.

El delicuente supuestamente «apoyaba las buenas causas» y cuando se registraba algún robo el responsable «era duramente castigado» y lo robado se regresaba a sus dueños. Además los «comerciantes locales aseguran haber pagado sin mayor problema la vacuna exigida con la que la banda se financiaba al tener como la garantía paz y seguridad», detalla la comunicadora.

«En el 2019, con la crisis económica, a Wilexis le comenzó a molestar la actitud del régimen. A eso se le unió el asesinato de su escudero, un joven de 15 años. El hecho ocurrió cuando el barrio se agitaba con protestas ante graves fallas en los servicios. Acababa de aparecer Juan Guaidó. Fue cuando Wilexis en lugar de aplastar o perseguir a los habitantes del barrio, tal como le exigía la dictadura, los alentó y protegió. Se declaró opositor y se pronunció a favor del presidente interino. Y las alarmas del régimen se prendieron. Quien ocupa Miraflores ordenó acabar con Wilexis. Lo que no reveló Maduro al sentenciarlo, es que la creación del ejército de Wilexis es su responsabilidad», alertó Pacheco.

Según el artículo, Maduro habría pedido «al general Néstor Reverol que se encargara del asunto», pero «Varela se le adelantó y para liquidar a Wilexis ya convocó a los sujetos más sanguinarios«, entre quienes supuestamente estaría “Gusano” a quien sacó de prisión, el “Niño Guerrero” y otros malandros de La Bombilla, «así como 50 pranes también fueron incorporados para garantizar la sumisión del pueblo», detalló.

Mientras que supuestamente Wilexis consiguió sus refuerzos, se trata de algunos presos del penal de Tocuyito, y el «Coqui» de la Cota 905.

Además, supuestamente la comunidad se pronunció con un cacerolazo por la «guerra», para ello usaron la consigna: «Wilexis, amigo, Petare está contigo».

Mientras tanto, Maduro comunicó al país lo que Pacheco denominó como «su gran mentira»: «Que la DEA planificó activar la violencia –bajo supervisión de Colombia y Estados Unidos– con un enfrentamiento entre bandas –que calificó de narcotraficantes– para distraer la atención de los sucesos de Macuto. Su colofón fue un nuevo disparo contra la libertad de expresión porque a todo el que escribió sobre el tema, lo acusa de ser cómplice de ese delito».

Redacción Maduradas con información de Diario Las Américas

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