Martin Richardson, es un nombre británico que aseguró haber sido rescatado por una manada de delfines luego de que fuera atacado por un tiburón en el Mar Rojo.
Richardson se encontraba en Egipto visitando a su amigo instructor de buceo, Harry Hayward, cuando decidieron disfrutar un día en el mar, cuándo regresaban vieron a tres delfines y el británico saltó para nadar con ellos, pero de repente apareció un tiburón que lo atacó.
“Tan pronto como te golpean así en el agua, sabes exactamente lo que es. Estaba gritando ‘tiburón’ a todo pulmón”, contó.
Se trataba de un tiburón mako que lo desgarró cinco veces entre el pecho y la espalda.
“El tiburón salió de debajo. Cuando me golpeó, le di un puñetazo tan fuerte como pude. Había mucha sangre. Sabía que me estaba dando vueltas. Estaba esperando el frenesí de alimentación. Acepté morir”, reconoció.
Sin embargo, mientras su amigo intentaba ayudarlo desde el bote, los delfines con los que había estado nadando lo rodearon como si lo estuvieran protegiendo y lograron ahuyentar al tiburón.
“Me estoy acercando a los últimos metros y todo se vuelve muy silencioso, luego dos aletas se disparan detrás del hombro izquierdo de Martin. El ataque se había detenido en seco. Apostaría mi vida a que fueron aletas de delfín. Los delfines con los que nos detuvimos para interactuar intervinieron y detuvieron el ataque contra él”, señaló.
Su amigo logró arrastrarlo hasta subirlo al bote y lo llevó de regreso a tierra donde rápidamente buscaron atención médica.
Tres cirujanos atendieron a Richardson, que había terminado con un pulmón perforado, una costilla rota, y laceraciones profundas en la espalda y el pecho, lo que requirió cerca de 300 puntos.
«Cuando salí del hospital le pregunté a Harry: ‘¿Era cierto lo de los delfines?’. Harry me miró a los ojos y me dijo: ‘Vi un delfín a un metro de ti y otro en las inmediaciones’. Creo que el tiburón no terminó el trabajo porque los delfines lo detuvieron. No había razón para que el tiburón se detuviera. Ya había tomado cinco mordiscos de mi cuerpo. Creo firmemente que los delfines me salvaron la vida», aseguró.
La historia de lo sucedido ese 23 de julio de 1996, es contada por Richardson en el documental Saved From A Shark, de Nat Geo Wild.
Redacción Maduradas con información de Cactus 24.
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