La Oficina de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos expresó su pesar este jueves 15 de febrero ante la decisión del régimen de Venezuela de suspender las actividades de su oficina en Caracas, subrayando que está evaluando los pasos a seguir en esta situación.
En un comunicado breve, la portavoz de la oficina, Ravina Shamdasani, señaló: «Lamentamos este anuncio y estamos evaluando los siguientes pasos a seguir. Continuamos conversando con las autoridades y otros actores. Nuestros principios rectores han sido y seguirán siendo la promoción y la protección de los derechos humanos de los venezolanos y las venezolanas», añadió la portavoz, en referencia a la oficina dirigida por el alto comisionado Volker Türk.
La antecesora en el cargo, la chilena Michelle Bachelet, había suscrito un acuerdo en 2019 con el régimen venezolano para mejorar la cooperación en materia de derechos humanos, lo que permitía la presencia continua en el país de oficiales de derechos humanos de la ONU.
El régimen venezolano justificó la suspensión de la oficina de Naciones Unidas en Caracas argumentando que se había «instrumentalizado» su trabajo en contra del Ejecutivo. Asimismo, anunció una «revisión integral de los términos de cooperación» acordados en 2019 con el organismo de Naciones Unidas, y ordenó la expulsión de 13 funcionarios que operan en Caracas.
El canciller Yván Gil solicitó que el personal adscrito a esta oficina abandone el país en las siguientes 72 horas, «hasta tanto rectifiquen públicamente ante la comunidad internacional su actitud colonialista, abusiva y violadora de la carta de las Naciones Unidas».
Esta medida se produce un día después de que el relator especial de la ONU sobre el derecho a la alimentación, Michael Fakhri, denunciara que el régimen venezolano le impidió visitar centros de detención y que las autoridades cambiaron constantemente su agenda durante su visita de dos semanas al país, que concluyó este miércoles.
Redacción Maduradas con información de EFE
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