Un colorido arte del maestro venezolano Carlos Cruz-Diez se apropió de un cruce peatonal en Los Ángeles que tan solo contaba con algunas franjas blancas desgastadas y en días pasó a ser una obra de arte donde todo el que pasaba quería una fotografía para el recuerdo.
Dos tipos de verde se mezclan con naranja y celeste en la intersección de Second West Street y Grand Avenue en el centro de la ciudad, donde se ubica el museo de arte moderno The Broad, que comisionó la obra a este artista plástico, famoso por combinar color, forma y luz de manera alucinante.
Cruz-Diez diseñó la obra en un mes y varios estudiantes de arte se encargaron de ejecutarla.
El aclamado director de la filarmónica de Los Ángeles, el también venezolano Gustavo Dudamel, acudió con su hijo y ayudó a pintar parte de la obra, según informó The Broad, que está justamente al lado de la sede de la orquesta.
El cruce se une a otras obras de ‘op art’, arte a partir de ilusiones ópticas, diseñadas por este estudioso del color en todo el mundo.
“Siempre he pensado que el arte no es solamente para estar colgado de un clavo en un museo o en una colección privada” , dijo a la AFP Cruz-Diez en un correo electrónico enviado desde París, donde ha residido la mayor parte de su vida.
“El arte es para el disfrute de la gente, el arte es comunicación, y la calle y lugares de trabajo son sitios propicios para manifestarse y comunicar el discurso del artista. Las obras de arte emplazadas en lugares públicos se convierten en patrimonio de sus habitantes, son parte de las vivencias de su entorno”, añadió.
“Color Aditivo”, como llama el artista a estas intervenciones, es parte de ocho investigaciones que desarrolló sobre el color a lo largo de décadas. Está basada en la interacción del ojo con los colores cuando se colocan uno al lado del otro.
Su icónica “Ambientación de Color Aditivo”, un gigantesco mosaico, cubre el piso del mayor aeropuerto venezolano, que sirve a Caracas y sobre el que cada vez más familias se despiden en medio de la crisis.
La foto típica es de los zapatos junto a una maleta, el pasaje o el pasaporte y como fondo el naranja, azul, negro y amarillo de este exponente del arte cinético, maltratado por la falta de mantenimiento.
“El piso del aeropuerto Simón Bolívar se ha convertido en un símbolo del exilio involuntario del venezolano. Tengo la certeza de que dentro de poco, será el símbolo del retorno feliz a la patria”, expresó.
Información de AFP.