Hoy tachamos una promesa incumplida más en la lista. Lo que comenzó con la visita a varios hogares de Venezuela para iniciar el cambio de bombillos tradicionales de luz amarilla por bombillos ahorradores, hoy termina en la misma pregunta de siempre ¿qué pasó?
En 2006 inició la llamada “revolución energética” con la entrega de 140 millones de bombillos ahorradores, lo cual implicó una inversión de 1.120 millones de dólares, reseñó El Universal. Años más tarde en el 2011 se inauguró en la Zona Franca de Falcón, Vietven Iluminaciones, una asociación entre el país y Vietnam, para crear la primera fábrica de bombillos fluorescentes compactos en Venezuela que produciría 74 millones de bombillos ahorradores para culminar el proyecto.
Hasta ahora ya han pasado más de cuatro años de la inauguración de esa fábrica y se desconoce si está en operaciones o no. En septiembre de 2013, según reseña un reportaje audiovisual de El Pitazo, Maduro avisó de la llegada y distribución de 22 millones de bombillos de China. ¿Si se inauguró una fábrica, porque seguimos importando? ¿Es más barato importar que producirlo en nuestro propio país?
Al final quisieron poner en práctica un proyecto que no tenía futuro, ni viabilidad a largo plazo. Un proyecto que según expertos pudo haber traído hasta enfermedades causadas por el mercurio que contienen los bombillos de “última generación”.