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Padre ha viajado por cuatro países tras la pista de su hija, una quinceañera secuestrada y explotada sexualmente por el Tren de Aragua

Jhon Alexánder Arriechi Bravo ha recorrido varios países de América Latina después de que la banda criminal el Tren de Aragua secuestrara a su hija de 15 años de edad.

Archivo

El padre venezolano ha tocado las puertas de los edificios judiciales en Perú, nación que ha recorrido por tierra, para pedir ayuda para hallar a su hija, reseñó Caraota Digital.

La pesadilla empezó hace cuatro meses, cuando la adolescente Jhonetsi Valentina Arriechi Bernal, que vivía en Maracaibo y tenía una relación tensa con su madre, fue persuadida por un amigo cercano para que viajara a Colombia a trabajar y comenzar una nueva en ese país.

Arriechi Bernal fue llevada bajo engaños al estado Aragua, donde la entregaron a la organización delictiva que opera en diferentes naciones de la región y se dedica al sicariato, tráfico de drogas, extorsión y explotación sexual.

De acuerdo con registros judiciales, la última vez que fue vista la adolescente fue el pasado 8 de julio, cuando cruzaba la frontera hacia la ciudad de Cúcuta.

Después la trasladaron a pie a Bucaramanga antes de llevarla a Bogotá. El 28 de julio, su padre viajó hasta la capital de Colombia y pidió ayuda a la Unidad de Búsqueda de Desaparecidos de Sijín.

Se presume que la banda criminal se enteró de la persecución y decidieron reubicar a la adolescente.

La víctima logró comunicarse en secreto a través de un teléfono celular y enviar su paradero. De esa forma conocieron que la organización delictiva la había enviado a Ecuador antes de movilizarla a un apartamento en Lima, Perú.

Cabe destacar que, en la capital de esa nación, el grupo criminal obtiene rentas a través de la subyugación de sus “propias” mujeres en burdeles y páginas de Internet. También le cobran una extorsión a proxenetas independientes que pagan para ofrecer a sus “trabajadoras” en las esquinas dominadas por el Tren de Aragua.

Hoy ni comí, porque tuve que pagar hotel y eso”, le dijo la quinceañera a su tía, con quien se ha comunicado cuando sus raptores están dormidos.

La red delictiva gasta dinero en el transporte y procedimientos estéticos de las mujeres, generando una “deuda” que se tiene que pagar con la explotación sexual. Incluso las amenazan con asesinar a sus familiares si se rehúsan a cumplir con sus exigencias.

“Las personas que me tienen aquí conocen a mi mamá y saben hasta dónde vivo. Y no quiero peos”, le confesó la adolescente, quien ha tratado de envenenarse con pastillas a causa del hambre que pasa.

Las autoridades de Colombia se comunicaron con las peruanas para organizar un rescate después de recibir información del padre de la adolescente.

El pasado 3 de septiembre, la policía hizo un allanamiento en Lima. En el lugar hallaron 10 víctimas de esclavitud sexual de Colombia y Venezuela.

Sin embargo, la hija de Arriechi Bravo no se encontraba en el sitio. Su progenitor aseguró que la habían sacado de la ciudad tres días antes para llevarla a la provincia de Huarmey y después a Trujillo.

Su padre no se da por vencido y sigue su camino hasta ese lugar para tratar de recuperarla.

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Redacción Maduradas con información de Caraota Digital.

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