Desde el fin de semana hasta ayer lunes en horas de la tarde, se apostaron consumidores en las afueras de los comercios de Catia La Mar con esperanzas de conseguir algo de comida. Esto se ha vuelto rutina en la zona debido al suministro casi inexistente de comida.
Según varios consumidores, ellos solo se instalan en las afueras de los comercios con la esperanza de que “aunque sea un kilo de harina de trigo llegué, porque en casa no tenemos nada”.
“Últimamente las bolsas de comida están viniendo más vacías y más caras. Sé que lanzarme este maratón no está bien, que es inseguro, pero no me queda de otra”, narra otra persona.
En los testimonios de estas personas hay un denominador común, la disposición: “Hay que aguantar sed, hambre y calor. No podemos gastar nada porque no sabemos ni siquiera en cuánto van a llegar los productos, si es que llegan”.
En esta comunidad la entrega de comida por bolsas fue “peor el remedio que la enfermedad», dice una consumidora, «porque nos dan cinco artículos para 15 días, tengo que venirme con miedo a las 7 de la noche para resolver la papa”.
Con información de La Verdad de Vargas
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