En plena expansión del mercado de criptomonedas, las estafas y las apuestas especulativas se multiplican, con criptoactivos de temática canina o una moneda inspirada en la serie «El juego del calamar» en la que se evaporaron millones de dólares invertidos.
Es el «Far West» (Lejano Oeste), soltó meses atrás el dirigente del regulador de mercados estadounidense, Gary Gensler.
«Cualquier equipo de programadores puede crear una aplicación y emitir un criptoactivo», indica a AFP Martha Reyes, que dirige la rama de investigación en la plataforma de intercambios de criptomonedas Bequant.
El «Squidcoin» ilustra el peligro para inversores imprudentes: esta criptomoneda, inspirada en la serie de «El juego del calamar» pero creada por anónimos sin conexión alguna con esa producción, experimentó un éxito fulminante a finales de octubre.
Algunas estimaciones señalaron que el valor de mercado de esta criptomoneda superó los 30 millones de dólares.
Pero después los inversores descubrieron que no podían revender sus divisas y, a principios de noviembre, sus creadores desaparecieron de las redes sociales quedándose con todos los beneficios.
«Es un tipo de estafa muy visible a la que llamamos ‘rug pull’ (tirar de la alfombra)», explica a AFP Eswar Prasad, economista de la Universidad de Cronell en Estados Unidos.
Esta estrategia es «uno de los numerosos medios por los que los inversores particulares inocentes se ven engatusados con la promesa de elevadas ganancias», indica.
Las finanzas descentralizadas
El vertiginoso desarrollo del mercado de las criptomonedas, que superó los 3 billones de dólares de valor el lunes (multiplicándose por siete en un año), seduce a inversores desinformados.
Particularmente presentes en Europa del Este, del mismo modo que sus víctimas, «estos estafadores operan a escala mundial», indica Kim Grauer, a cargo de investigación del gabinete Chainalysis.
«El crecimiento rápido de las finanzas descentralizadas y la ambición de los inversores han creado el ambiente perfecto para las ‘rug pull’», añade esta especialista.
Para comprar «Squidcoin», los inversores tenían que conectarse a una plataforma descentralizada, PancakeSwap.
Contrariamente a las grandes plataformas de intercambio de criptomonedas como Coinbase, registrada ante reguladores estadounidenses y europeos, en las finanzas descentralizadas operan proyectos que quieren evitar que un tercero valide las transacciones y normalmente permiten el anonimato.
Aunque son numerosos los compradores de «Squidcoin» que ahora buscan explicaciones en la redes sociales, probablemente nunca lleguen a recuperar su dinero.
En Francia, Romain Chily, abogado del gabinete ORWL especializado en criptomonedas, dice que ve «cada mes» nuevos casos de fraude en este sector.
Según él, las finanzas descentralizadas ofrecen «muchos productos que funcionan bastante bien, pero para inversores informados» y aconseja «no comenzar por allí» porque, en caso de problemas, «las probabilidades de recuperar los fondos son extremadamente escasas».
En este caso, recomienda acudir a vendedores acreditados por reguladores financieros y verificar que la plataforma no está en las listas negras de las autoridades.
Bromas de alto precio
Incluso en plataformas reguladas, la seriedad de algunos proyectos genera suspicacias.
Desde principios de año, se han disparado los precios de dos criptomonedas de temática canina, el dogecoin y el Shiba Inu, creados como una broma en 2013 y en 2020 respectivamente.
Estas criptomonedas creadas a partir de fenómenos de internet reciben el nombre de «memecoins» y son particularmente volátiles.
Pero los profesionales las distinguen de los fraudes.
«Es una cuestión de marca. Me recuerda más al auge de las acciones de Gamestock y AMC a principios de año, que no tenían ninguna relación con el valor intrínseco de las compañías», dice Reyes.
Coincide con ella Joshua Barraclough, que dirige la versión profesional de la plataforma de comercio de criptomonedas BitPanda, son sede en Austria.
Para este experto, es importante tomarse el tiempo de informarse y hacerse preguntas antes de invertir: «¿Entiendes qué hace este proyecto? ¿Tiene aspecto sospechoso? Si lo tiene, es que probablemente lo sea», indica.
AFP
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