Ante el riesgo de contagio de coronavirus para los casi 7.000 millones de seres humanos que habitan en la Tierra, los expertos advierten que una sola vacuna no será suficiente para terminar con el virus.
Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergia y Enfermedades Infecciosas (NIAID), y Francis Collins, director del Instituto Nacional de Salud (NIH), aseguraron en un artículo para Science que el principal problema radica en la capacidad industrial de producir una o más dosis necesarias para salvar al planeta.
“Existe una necesidad sin parangón de fabricar y distribuir una cantidad segura y efectiva de vacunas para inmunizar a una cantidad extraordinariamente enorme de personas a fin de proteger a toda la comunidad mundial de la amenaza continua de morbilidad y mortalidad causada por el SARS-CoV-2”, agregaron.
Afirmaron que la necesidad de una vacuna y la enorme diversidad geográfica de la pandemia exigen más de un abordaje efectivo de una vacuna.
“Será esencial la colaboración entre empresas de biotecnología y farmacéuticas, muchas de las cuales ya presentan una variedad de abordajes de vacunas”, escribieron.
Para ello, los expertos realizaron un programa público-privado de intercambio llamado Aceleremos las Intervenciones Terapéuticas y las Vacunas contra el COVID-19, que en inglés forma el acrónimo ACTIV, reseñó Infobae.
Este plan lleva también las firmas de Lawrence Corey, profesor de vacunas y enfermedades infecciosas en el Centro de Investigaciones Oncológicas Fred Hutchinson, de Seattle, y John Mascola, director del Centro de Investigación de Vacunas de NIAID. Además incluye a gobiernos, empresas y organizaciones filantrópicas.
En qué consiste ACTIV
ACTIV tiene por fin acelerar el proceso. “La trayectoria completa de desarrollo de una vacuna eficaz contra el SARS-CoV-2 requerirá que la industria, el Gobierno y los círculos académicos colaboren de una manera sin precedentes y que cada uno aporte sus puntos fuertes individuales”, explicó el documento.
El trabajo estimó que la demora de una vacuna podría ser de 18 meses en total desde el comienzo de la pandemia, lo cual sería récord porque hasta ahora, las vacunas nunca han demandado menos de cinco años de investigación y pruebas, razón suficiente para crear una plataforma de cooperación y transparencia donde los científicos puedan acelerar el proceso todo lo que se pueda.
Otros motivos destacados son el escaso conocimiento que se tiene sobre cuál sería una respuesta inmunitaria eficaz.
También es clave la cooperación para garantizar un alto grado de seguridad, ya que se intentaría vacunar a la población entera, porque advierten que existe el riesgo teórico de que la vacunación pueda hacer que la subsiguiente infección por SARS-CoV-2 sea más grave.
“La probabilidad de una nueva exposición al SARS-CoV-2 es mucho mayor que al SARS-CoV-1, que desapareció de la circulación comunitaria”, compararon con el coronavirus que causó la primera epidemia global del siglo XXI en 2003, el síndrome respiratorio agudo grave (SARS).
“Se debe realizar un seguimiento más prolongado de las cohortes iniciales de la vacuna”, argumentaron.
Redacción Maduradas con información de Infobae
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