El príncipe Harry confesó que tuvo que recurrir a terapia después de una discusión con su esposa, Meghan Markle.
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En su libro «Spare» reconoció que se volvió sensible en una conversación con la actriz, pues se puso “desproporcionadamente enfadado” con Markle al punto que se dirigió a ella con dureza.
Luego de la discusión, la pareja se separó por unos 15 minutos y posteriormente hablaron en su habitación.
“Estaba tranquila, pero dijo en un tono tranquilo y nivelado que nunca toleraría que le hablaran así”, describió Harry mientras él asintió.
Su esposa también aclaró que no toleraría el comportamiento a futuro porque no quería criar a sus hijos en un ambiente de ira o falta de respeto.
Ella le preguntó de dónde provenía el arrebato y si en su niñez escuchó a los adultos hablar de esa manera, a lo que él respondió que sí.
“Venía de algún lugar muy adentro, de algún lugar que necesitaba ser excavado, y era obvio que me vendría bien un poco de ayuda con el trabajo”, reflexionó Harry.
Él ya había probado ir a terapia, pero no tuvo éxito, por eso ella sugirió intentar de nuevo.
“Cuando ella dijo: Creo que necesitas ver a alguien, fue en reacción a una discusión que tuvimos… En ese argumento, sin saberlo, volví a Harry, de 12 años», dijo.
Harry atribuyó a la terapia una renovada confianza, así como una nueva perspectiva y gran comprensión sobre su valor.
Redacción Maduradas con información de La Patilla.
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