El Programa Mundial de Alimentos (PMA) advirtió este martes que los recortes de fondos lo están obligando a disminuir drásticamente la ayuda que distribuye en varios países, lo que podría llevar a millones de personas al borde de la hambruna.
La agencia de la ONU afirmó en un comunicado que se está viendo obligada a realizar recortes tan drásticos en las raciones que «otros 24 millones de personas podrían caer en la hambruna en grado de emergencia en los próximos 12 meses, lo que supone un aumento del 50% respecto al nivel actual».
La agencia de las Naciones Unidas explicó que se enfrenta a un déficit de financiación de más del 60% este año, el más alto de su historia.
«Por primera vez en la historia, las contribuciones al PMA han disminuido, mientras que las necesidades aumentan de forma constante«, afirmó en un comunicado la agencia galardonada con el Premio Nobel de la Paz en 2020.
Esta caída en las contribuciones, que afecta a varias agencias humanitarias de la ONU y oenegés, podría tener consecuencias desastrosas.
Los expertos del PMA estiman que por cada 1% de recorte en la ayuda alimentaria más de 400.000 personas corren el riesgo de caer en una situación de emergencia por hambre.
La responsable del PMA, la estadounidense Cindy McCain, subrayó la necesidad urgente de contar con más fondos.
«Si no recibimos el apoyo que necesitamos para evitar más catástrofes, el mundo verá sin duda más conflictos, más disturbios y más hambre», afirmó.
«O avivamos las llamas de la inestabilidad mundial, o trabajamos rápidamente para apagar el fuego».
«Un salvavidas vital»
El PMA calcula que 345 millones de personas en todo el mundo se enfrentan a una inseguridad alimentaria aguda, el nivel tres o superior de la clasificación de inseguridad alimentaria de cinco escalas de la ONU, conocida como CIF.
En total, 40 millones de ellas se encuentran en niveles de emergencia por hambre, o nivel 4 de la CIF, lo que significa que se ven obligadas a tomar medidas desesperadas para sobrevivir y corren el riesgo de morir de malnutrición.
«La ayuda alimentaria del PMA es un salvavidas vital, a menudo lo único que les separa de la inanición», sostuvo McCain.
Sin embargo, la agencia se ha visto obligada a hacer reducciones masivas en casi la mitad de sus operaciones, incluso en zonas en crisis como Afganistán, Bangladés, Haití y Siria.
En Afganistán, donde la mitad de la población sufre inseguridad alimentaria aguda, los recortes dejaron sin ayudas a unos ocho millones de personas necesitadas.
En julio, el 45% de los beneficiarios en Siria y una cuarta parte de los que estaban en la lista del PMA en Haití se quedaron sin asistencia.
En Somalia 4,7 millones de personas se quedaron sin ayudas el año pasado.
Los expertos de la agencia alimentaria temen un «círculo vicioso», en el que el PAM se vea obligado a salvar sólo a los que están muriendo de hambre, a costa de los hambrientos.
McCain insistió en que «sólo hay una forma de salir de esto». «Tenemos que financiar las operaciones de emergencia para alimentar a los hambrientos de hoy y, al mismo tiempo, invertir en soluciones a largo plazo que aborden las causas profundas del hambre», afirmó.
Redacción Maduradas con información de AFP
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