La madre de Geraldine Moreno, Rosa Orozco, recuerda con profundo dolor el asesinato de su hija, ocurrido hace cuatro años durante las protestas suscitadas contra el presidente Nicolás Maduro.
Geraldine tenía 23 años y era estudiante de Citotecnología en la Universidad Arturo Michelena. Se desenvolvía como una joven normal, hasta que Alvin Bonilla, un efectivo de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), le arrebató su vida sin piedad.
Su asesinato ocurrió en el sector Tazajal, municipio Naguanagua del estado Carabobo. La joven tenía como único arma una cacerola, que retumbaba para expresar su descontento ante la situación del país.
Moreno luchó por su vida durante tres días desde el 19 de febrero a causa de heridas gravísimas. Tenía un ojo comprometido y su cara completamente destrozada, además de múltiples lesiones irreversibles, reseñó El Carabobeño.
“El momento de su muerte fue muy duro, pero ella no merecía estar entubada. Siempre les pregunté a los guardias por qué mataron a mi hija”, expresó Orozco.
Rosa Orozco ya no es la misma desde hace cuatro años. Tiene un vacío constante pero no se deja vencer por el rencor, ni por el odio
Redacción Maduradas con información de El Carabobeño
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