Desesperación por hambre. Es la palabra que sobresale al ver este video. Un ciudadano, por iniciativa particular, se trasladó hacia una comunidad para entregar algunos platos de comida a personas en situación vulnerable. La escena es dramática.
El carro fue rodeado por madres desesperadas y niños llorando. «Señor, señor, deme uno, tengo hambre», grita un menor.
En el país con mayores reservas petroleras del mundo y con un precio del petróleo en franco ascenso, los ciudadanos son limitados de las necesidades más básicas. Condenados a morir de hambre y sin medicinas. Sin un plan de gobierno que haga frente a la temible situación.
Desesperación para conseguir algo de alimento entregado por caridad. Esto es hambre! Vean los rostros de los niños que piden, de sus padres desesperados, la desesperación de los que ayudan, todos desesperados! Espero que la comunidad internacional active #InjerenciaHumanitariaYa pic.twitter.com/Z6kwr9PdWY
— Cristian Crespo F. (@cristiancrespoj) February 12, 2018
Redacción Maduradas
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