En la Plaza de la República, en Managua (Nicaragua), se sitúa una polémica construcción que reavivó el debate sobre las presuntas prácticas esotéricas de la esposa del presidente Daniel Ortega.
Infobae
Se trata de un jardín en en forma de estrella de cinco puntas a la que se conoce como “pentagrama invertido”. Un círculo perfecto de sillas equidistantes. Se coloca la tarima en el vértice inferior, mientras la punta superior señala al antiguo Palacio Nacional.
De acuerdo con una nota de Infobae, visto de forma normal, no significa nada, pero para los nicaragüenses no es así, especialmente cuando tras de la escenografía está la mano de Rosario Murillo, la poderosa vicepresidente de la República y esposa del dictador Daniel Ortega.
Algunas interpretaciones van desde el «culto a Satanás», hasta quienes ven un “escudo protector” contra las amenazas al gobierno y a la familia gobernante, cuando el régimen de Ortega vive sus peores tiempos. Lo que sí queda claro es que nadie lo ve como una “simple” decoración.
Vale acotar que Rosario Murillo tiene un sello esotérico. Durante años se le ha señalado de ser sacerdotisa, bruja, hechicera o pitonisa. Su cuerpo mismo es un altar para diversos símbolos religiosos. Utiliza al menos 30 anillos en sus manos, 20 collares en el cuello y al menos la misma cantidad de pulseras.
Cada una de las piezas que utiliza Rosario, sus piedras y sus colores, tienen una significación espiritual para su vida. Hacen las veces de escudo protector, han dicho personas cercanas a ella.
“Yo prefiero llamarlo pentáculo de Satán porque es más exacto (…) Es algo grave y siniestro. No sé lo que hay en su mente, pero creo que ella (Murillo) lo usa como defensa de sí misma y de lo suyo. Y a la vez, como señal de su poder. Como un desafío”, dijo un teólogo que prefirió quedar en el anonimato.
Redacción Maduradas con información de Infobae
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