El presidente Nicolás Maduro no tiene remedio: cuando no se las quiere dar de malote, amenazando a sus adversarios y despotricando y burlándose de la oposición, hace unos comentarios que lo dejan muy mal parado. Cualquiera en su lugar que diga semejantes disparates luego pediría «¡trágame, tierra!».
Este 28 de octubre, en un acto oficialista transmitido por cadena nacional, el mandatario pareciera haber recordado sus días de empleado (¿en el Metro de Caracas?) y tuvo un desliz al referirse a lo que para él es la rutina laboral de los venezolanos.
«Este fue un viernes normal, porque hay gente que pide permiso los viernes, que echa carro los viernes«, dijo.
¿Acaso fue una confesión de lo que él mismo hacía en su época de asalariado? Quién sabe. Lo cierto es que así va Maduro, metiendo la pata cada día, «siendo noticia» por sus desatinos. Sin duda, un ejemplo de lo que NO debe decir ni hacer el presidente de un país.
Redacción Maduradas
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