Alexei Navalny fue el líder más destacado de la oposición en Rusia durante la última década. Su fallecimiento, anunciado este viernes 16 de febrero por las autoridades de la prisión donde estaba detenido desde finales del año pasado, en el Círculo Polar Ártico, marca el fin de una intensa lucha tanto política como personal contra el presidente Vladimir Putin.
Esta lucha llevó a Navalny de tener millones de seguidores en redes sociales y en las calles rusas a enfrentar diversas condenas en prisiones del país y sobrevivir a varios atentados contra su vida. Navalny acusó a Putin de “chuparle la sangre a Rusia” a través de un «estado feudal» centralizado en el Kremlin y consideraba al partido del presidente, Rusia Unida, como una agrupación de «criminales y ladrones».
A pesar de no haber competido directamente en las elecciones contra Putin, Navalny intentó postularse en 2018, pero su candidatura fue vetada tras ser condenado por malversación de fondos. Siempre negó las acusaciones, atribuyendo sus problemas legales a represalias del Kremlin por sus críticas.
Nacido el 4 de junio de 1976, Navalny se graduó en Derecho en 1998 en la Universidad Rusa de la Amistad de los Pueblos. Deja una esposa y dos hijos.
La confrontación entre Navalny y Putin adquirió un carácter personal cuando acusó al mandatario de ordenar su envenenamiento en agosto de 2020, un atentado que casi le cuesta la vida. Aunque el Kremlin negó su participación, pruebas revelaron envenenamiento por el agente nervioso Novichok, el mismo usado en el caso del exespía ruso Sergei Skripal y su hija en 2018 en Inglaterra.
A lo largo de los años, Navalny fue objeto de varios ataques, desde problemas de salud en prisión, hasta ser atacado con un tinte verde antiséptico y sufrir quemaduras químicas en un ojo.
Su ascenso en la política rusa comenzó en 2008, denunciando prácticas corruptas en grandes corporaciones estatales a través de su blog. En las elecciones de 2011, instó a votar contra Rusia Unida, apodándolo el «partido de los criminales y ladrones», lo que llevó a protestas y su arresto.
Aunque fue encarcelado por malversación en 2013, participó en las elecciones a la alcaldía de Moscú y quedó segundo. Su condena fue revocada, pero en 2017 fue nuevamente condenado. Navalny, a pesar de las críticas, se convirtió en un obstáculo para el Kremlin y abogó por medidas contra la corrupción y la desigualdad en Rusia.
Redacción Maduradas con información de BBC
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