Durante la noche de este domingo 8 de enero fue recuperado el control de las instalaciones invadidas en Brasil y las autoridades controladas por el presidente de ese país, Lula Da Silva, comenzaron las investigaciones sobre lo que han catalogado como un intento de golpe de Estado impulsado por el exmandatario Jair Bolsonaro.
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El ministro de Justicia de Brasil, Flávio Dino, dijo que los actos equivalían a terrorismo y golpismo y que las autoridades comenzaron a rastrear a quienes pagaron los autobuses que transportaron a los manifestantes a la capital.
Asimismo, precisó que los edificios serían inspeccionados en busca de pruebas, incluidas huellas dactilares e imágenes, para pedir cuentas a las personas, mientras que enfatizó, que los manifestantes aparentemente tenían la intención de provocar acciones similares en todo el país.
Como fue reportado por los medios de comunicación locales, lo que sucedió es que miles de radicales, aparentes seguidores de Bolsonaro, asaltaron este domingo las sedes del Congreso, de la Presidencia y del Tribunal Supremo, en Brasilia.
Lo que se sabe hasta los momentos, es que la policía ha detenido al menos a 260 personas. Las tres sedes se ubican en torno a la denominada plaza de los Tres Poderes, ideada por Óscar Niemeyer cuando diseñó Brasilia, a finales de los cincuenta.
Redacción Maduradas con información de El País
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