Un gato fue rescatado de un hospital en Rusia, pesaba 17 kilogramos y no podía caminar, reportó el New York Post.
Según la reseña, el animalito era alimentado con galletas y sopa por parte del personal del hospital.
«La historia de Kroshik es un caso extremadamente raro de alguien que amaba tanto a un gato que lo alimentó hasta dejarlo en ese estado», explicó sobre el caso un portavoz del refugio Matroskin en Prem.
El sobrepeso del animal hizo imposible que los médicos pudieran obtener una lectura ecográfica adecuada del felino durante un control médico.
El gato tuvo que ser puesto bajo una dieta estricta con la intención de que vuelva a su peso ideal y de que vuelva a caminar. Además, deberá ejercitarse en una cinta de correr cuando recupere su movilidad.
Redacción Maduradas con información de El Universal.