Se esperaba que el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, y la oposición del país anunciaran la reanudación de las conversaciones mientras Washington suaviza algunas sanciones para ayudar a allanar el camino para las negociaciones, según funcionarios estadounidenses y otras personas familiarizadas con el asunto.
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Como parte del enfoque de EE. UU., la administración del presidente Joe Biden estaba dispuesta a autorizar a la compañía petrolera estadounidense Chevron Corp (CVX.N) a entablar conversaciones propias con el gobierno de Maduro, levantando temporalmente la prohibición de EE. UU. sobre tales discusiones, dijeron altos funcionarios de la administración.
Sin embargo, aún no hay una decisión final de Estados Unidos sobre la renovación de la licencia limitada actual de Chevron para operar en Venezuela, dijeron varias fuentes a Reuters. Chevron es el último productor de petróleo estadounidense que mantiene presencia en Venezuela, hogar de las reservas de crudo más grandes del mundo.
Washington también estaba a punto de eliminar a Erik Malpica, exfuncionario de la petrolera estatal Pdvsa y sobrino de la primera dama de Venezuela, Cilia Flores, de una lista de sanciones estadounidenses, dijo a Reuters un funcionario estadounidense bajo condición de anonimato.
Las medidas, que funcionarios estadounidenses dijeron que se decidieron en consulta con la oposición, siguen a una visita a Caracas en marzo de la delegación estadounidense de más alto rango en años, que condujo a la liberación de dos detenidos estadounidenses.
Fue ampliamente visto como un gesto de buena voluntad por parte de Maduro, quien está bajo fuertes sanciones estadounidenses junto con su círculo íntimo.
Maduro también expresó su voluntad de regresar a las negociaciones en México con la oposición, que abandonó en octubre, y fuentes dijeron que se esperaba que las dos partes fijaran una fecha para reanudar las conversaciones el martes.
Las conversaciones tienen como objetivo resolver la crisis política de larga data de Venezuela, y Washington insiste en que cualquier levantamiento importante de las sanciones dependerá del progreso en la mesa. Estados Unidos ha reconocido al líder opositor Juan Guaidó como presidente legítimo y ha condenado la reelección de Maduro en 2018 como una farsa. Pero Maduro sigue en el poder.
La decisión de permitir los contactos entre Chevron y PDVSA -la pieza central del sector petrolero de Venezuela sancionado por Estados Unidos- tiene «barandillas» para evitar ir más allá de lo autorizado y se tomó en consulta con la oposición, dijo uno de los funcionarios.
Los últimos movimientos de Estados Unidos, incluida la decisión de Chevron, tenían como objetivo ayudar a alentar la reanudación de las conversaciones con México, y los pasos dependen de que el gobierno de Maduro actúe «constructivamente» en las negociaciones, dijeron las autoridades.
“No permite que (Chevron) celebre ningún acuerdo con PDVSA ni ninguna otra actividad que involucre a PDVSA”, dijo a los periodistas un alto funcionario de la administración. «Así que, fundamentalmente, lo que están haciendo es permitirles hablar».
A pesar de eso, el senador Robert Menéndez, presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado y compañero demócrata de Biden, dijo en un comunicado: “La administración de Biden debe abstenerse de levantar cualquier sanción adicional hasta que Maduro haga concesiones concretas en la mesa de negociaciones”.
El alto funcionario de la administración dijo que Estados Unidos estaba “tomando una serie de medidas” a pedido de la oposición venezolana “para apoyar su decisión de regresar a la mesa de negociaciones en la Ciudad de México”.
El funcionario dijo que el alivio de las sanciones se calibraría de acuerdo con «resultados ambiciosos, concretos e irreversibles» en las negociaciones y advirtió que los pasos de Estados Unidos podrían revertirse si el gobierno de Maduro retrocede.
Redacción Maduradas con información de Reuters
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