El gerente de la casa de Jeffrey Epstein testificó sobre los deberes que debía cumplir para el multimillonario bajo la supervisión de su amiga Ghislaine Maxwell.

AP
Juan Patricio Alessi, un migrante ecuatoriano de 72 años, asistió como testigo al juicio que se lleva a cabo en contra de Maxwell, quien está acusada de preparar a menores de edad para que Epstein abusara sexualmente de ellas.
Alessi comenzó a trabajar para Epstein en 1990 por recomendación de la madre del magnate de la moda Les Wexner, sus labores iniciaban a las 5:00 de la mañana y debía estar a disposición de la pareja hasta las 9:00 de la noche.
«Yo estaba a cargo de administrar la casa, la limpieza, el mantenimiento, las compras, los jardineros, el encargado de la piscina. Eran demasiadas horas», recalcó Alessi.
Reveló que ni siquiera lo llamaban por su nombre, se referían a él como John, y cuando Maxwell se unió a la familia de Epstein le dio una serie de indicaciones: «Ella me dijo: A Jeffrey no le gusta que lo mire a los ojos, no lo mire a los ojos, mire a otra parte de la habitación».
Además le dieron un manual del hogar de 58 páginas que detallaba todo, desde cómo abastecer el baño hasta de qué lado del teléfono colocar la guía telefónica; incluso lo enviaron a un simposio en Santa Fe, Nuevo México, para aprender las reglas de las mansiones de Epstein, algo que consideró «degradante» para el personal.
Se les instruyó que anticiparan las necesidades de Epstein, Maxwell y los invitados y que no debían discutir problemas personales.
«Recuerde que no ve nada, no escucha nada y no dice nada, excepto para responder una pregunta”, era lo que decía el manual.
Sobre esto, Alessi opinó: «Se suponía que yo era ciego, sordo y mudo con respecto a su vida».
Recordó ver a muchas mujeres ir a la propiedad, con frecuencia descansaban en topless junto a la piscina.
Redacción Maduradas con información de La Patilla.
Lea también: