Addie Andrews es una joven de 30 años de edad con un pasado de entrega total a la iglesia, pero que actualmente se dedica a la industria del porno. Hoy en día es una de las actrices más cotizadas del mundo del entretenimiento para adultos.
De hecho, recientemente, fue nombrada “Mascota del Mes” por la famosa revista Penthouse.
La joven creció en un pueblo pequeño y, desde pequeña, sus padres la obligaron a ser parte de una comunidad religiosa, por lo que a los 17 años se unió a la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
De acuerdo con lo reseñado por Infobae, Andrews reconoce que la iglesia fue muy “acogedora” y que, precisamente, por eso, decidió seguir todas las imposiciones que le hacían, incluso el celibato hasta el matrimonio.
“El problema no es solo que se niegue el sexo prematrimonial, sino que lo convierten en un pecado muy grave y algo vergonzoso (…). Cuanto más me metí en la religión, más me alejé de mi propia identidad”, detalló la muchacha en declaraciones dada a New York Post.
Reconoce haber estado “reprimida sexualmente” durante muchos años, hasta el punto de que se refiere a sí misma como una “monja” en ese periodo de tiempo.
Reconsideró su fe
Andrews decidió desligarse de la iglesia cuando se le prohibió ser la dama de honor de la boda de su hermano, ya que el vestido era “inmoral” para los estándares de la religión.
Luego de eso, a pesar de haber estudiado en la universidad, intentó conseguir trabajo de camarera y no pudo. Entonces, se dedicó a ser bailarina exótica y pronto fue contactada para su primer trabajo en el cine porno.
Asegura que su familia ha aceptado su estilo de vida y que, aunque no lo entienden, lo respetan y reconocen que ella está “feliz”.
Redacción Maduradas con información de Infobae
Lea también: