El ciudadano estadounidense Joshua Holt, contó cómo junto a su esposa Thamara, quien llama «Thamy», sobrevivieron cuando estuvieron recluidos en la sede del Sebin en El Helicoide.
Foto: Panorama
En declaraciones ofrecidas al Daily Mail, Holt contó que cuando estuvo en El Helicoide tenía que defecar en el periódico en su celda infestada de cucarachas. Asimismo, dijo que orinaba en una botella y que no pudo tomar una ducha durante dos años. Holt también dice que cambió su reloj por «protección» para él y su esposa.
“Fue lo más cercano al infierno que puedas imaginar (…) Tenemos suerte de haber salido vivos. Cuando llegué, estaba aterrorizado y me puse muy enfermo. Me arrojaron a una celda diminuta apenas lo suficientemente grande como para caber una litera, sin inodoro. El hedor era insoportable”, recordó.
Afirmó que en los primeros seis meses de reclusión rebajó 60 libras de peso. «Tuve bronquitis, sarna, cálculos renales y hemorroides y la única atención médica que recibí fue una inyección de analgésicos. Tenía un dolor constante en el estómago y uno de mis dientes se partió en dos. Tuve dolor de muelas agonizante durante tres meses y ni una vez visité a un dentista ni recibí medicamentos”, dijo.
Según cuenta, su esposa Thamy fue quien se llevó la peor parte. Ella contó que fue torturada durante su tiempo en prisión. “Me cubrieron los ojos y me electrocutaron con una pistola Taser, me pusieron las puntas de los dedos en un sacapuntas. Estaba tan asustada. Querían que firmara una confesión de que Josh era parte de un plan de espionaje, que dirigió un equipo de la CIA enviado para socavar al gobierno venezolano, que había matado gente. Solo lloré y me negué», dijo.
Redacción Maduradas con información de Sumarium / Daily Mail
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