El exjefe de inteligencia del régimen chavista Hugo el «Pollo» Carvajal detenido la semana pasada tras un año y 10 meses eludiendo la extradición a Estados Unidos, ha solicitado al Juzgado Central de Instrucción número 6 de la Audiencia Nacional que le tome declaración para colaborar en la persecución de delitos de terrorismo internacional.
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En concreto, de acuerdo a la información suministrada por el diario español ABC, ha sido citado por el juez Manuel García Castellón para el próximo lunes 20 de septiembre a las 10:00 de la mañana.
Carvajal fue detenido en 2019 en España, adonde había llegado con un pasaporte falso y según sostiene, con la venia del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), en virtud de una orden de extradición desde Estados Unidos. Pero posteriormente logró fugarse.
Carvajal ha planteado una batería de recursos ante la Audiencia Nacional, a los que ha tenido acceso el diario español El Mundo, en los que esgrime en varias ocasiones que colaboró con CNI para evitar su extradición.
El propio exfuncionario chavista recordó que «llegó en un vuelo regular al aeropuerto de Madrid-Barajas» y que tras aterrizar «dos miembros del CNI, uno de ellos con el cargo de jefe de operaciones y el otro con unas concretas funciones en el Congreso de los Diputados, acudieron a la puerta del avión y, en compañía del jefe de seguridad del aeropuerto, facilitaron su acceso».
Carvajal fue otra vez capturado el 9 de septiembre, luego de un año y diez meses a partir de una operación conjunta entre la Policía Nacional de España y la DEA. Se escondió en cuanto supo que la Audiencia Nacional había acordado extraditarle.
Fue arrestado en una vivienda de la calle Torrelaguna, donde permaneció sin contacto con sus parientes y solo se comunicaba con la mujer que le alquiló el lugar. «Anoche, cuando los agentes tiraron la puerta abajo del piso donde se escondía, se refugió en la última habitación de la vivienda pertrechado con un cuchillo», detallaron fuentes de ABC.
Lo que se sabe, es que habitantes del lugar (en Madrid) llegaron a pensar que en el departamento no vivía nadie. Aunque en algunas oportunidades observaron que dejaban la basura fuera de la puerta para que los trabajadores de limpieza la recogieran. Además, aseguraron que desde el recinto se pedían grandes cantidades de comida a domicilio.
Redacción Maduradas con información de El Mundo y ABC
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