La clase pudiente de Venezuela se atrinchera en las principales ciudades del país: Caracas, Valencia Maracaibo, Barquisimeto y Puerto Ordaz. Viven y comercializan con moneda extranjera, compran automóviles y casas de lujos.
Claro que, en un país severamente golpeado por una crisis económica, esta vida de gustos y lujos es difícil de imaginar. En este año se ha marcado la tendencia a la dolarización informal de la economía.
Entre tanto, han surgido los llamados bodegones, que comercializan con moneda extranjera y hay quienes aceptan transferencias a cuentas internacionales. Lo mismo sucede con la mayoría de las tiendas del país.
“El 15 % de venezolanos generan divisas en grandes cantidades y son los que pueden gastar altas cifras de dinero en efectivo o mediante transferencias. Hay otro sector que es entre un 30 y 35% que genera ingresos en dólares: trabajadores de hoteles o restaurantes quienes reciben propinas en efectivo o profesionales quienes prestan algún tipo de servicio», dijo el economista Asdrúbal Oliveros a Infobae.
Señaló el experto que estos dos segmentos son el 50% de los venezolanos y agregó que la otra mitad no recibe divisas y depende de sus ingresos en bolívares, de los programas sociales del régimen venezolano como la asignación de bonos y de la compra de comida a precios subsidiados.
Un estudio de la firma Ecoanalítica indicó que en 2018 los migrantes venezolanos mandaron en promedio 75 dólares mensuales a sus familiares.
Para este año la cifra sobrepasó los 100 dólares debido a que ahora se necesita más dinero para sobrevivir y cubrir las necesidades básicas.
Redacción Maduradas con información de Infobae
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