En las redes sociales no han dejado pasar de largo el papel del gobierno de Noruega en el acuerdo de paz colombiano que los líderes guerrilleros de ese país rompieron unilateralmente este 29 de agosto, tras anunciar que conformarían una nueva guerrilla que integra a las FARC y al ELN.
Foto: AFP
Y es que en el año 2012, Noruega albergó la primera ronda formal de negociaciones entre el expresidente colombiano, Juan Manuel Santos, y los líderes de la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Así como en Venezuela han «sentado» a los delegados del régimen de Maduro y de Juan Guaidó tanto en Oslo como en Barbados, Noruega jugó un papel protagónico en los frágiles acuerdos de paz de Colombia, que dejaron impunes a los líderes guerrilleros que hoy vuelven a insurgir.
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En esa ocasión, el gobierno de Noruega aseguró que el acuerdo de paz logrado fue «uno de los más exitosos e innovadores en el mundo», a pesar de las críticas mundiales.
BBC Mundo resaltaba en un trabajo para esa época las condiciones que le permiten a Noruega proyectarse como un país facilitador de negociaciones por la paz:
«Noruega es una de las pocas naciones del mundo que excede la meta de Naciones Unidas de destinar 0,7% del Producto Interno Bruto a ayuda externa, según las cifras recolectadas por la Fundación de Bill y Melinda Gates (…) Su diplomacia pacífica es una promoción del país y de algunas de sus características esenciales, que le permite codearse con las potencias más importantes. La marca noruega a nivel internacional es en gran medida la promoción de la paz, una política que resulta tan importante para Oslo que el gobierno creó una Unidad de Paz y Reconciliación y destinó un presupuesto específico para sus proyectos. Esto sin contar que Noruega es la sede del Premio Nobel de la Paz», explicaba el medio de comunicación.
¿En qué terminó el acuerdo de paz en Colombia?
El primer acuerdo de Paz, firmado en Cartagena, debía refrendarse en un plebiscito en el que los ciudadanos debían votar «Sí» o «No». Pero el pueblo no estuvo de acuerdo con los términos y ganó el No.
El resultado del plebiscito obligó al Gobierno a «renegociar» el acuerdo tomando en consideración las objeciones de los opositores, tras lo cual se logró un nuevo texto que se firmó en el Teatro Colón de Bogotá. Esta vez no pasó por votación, sino que fue ratificado por el Senado de Colombia y la Cámara de Representantes.
Gracias a este acuerdo, la guerrilla de las FARC obtuvo beligerancia política y pudo participar en las elecciones legislativas en 2018. Pero no todos sus guerrilleros se desmovilizaron: Unos 7.000 exguerrilleros entregaron sus armas, pero 1.200 rechazaron los acuerdos de paz y continúan activos para apropiarse de las actividades ilegales que la exguerrilla.
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Las muertes tampoco han cesado tras la firma del acuerdo: Unos 500 líderes sociales han sido asesinados desde que fue suscrito hasta los primeros meses de 2019.
Pero con el anuncio de Iván Márquez de este 29 de agosto del inicio de “una nueva etapa en la lucha armada” retornan los peores temores a Colombia de una escalada de violencia y se deja en evidencia la fragilidad e inefectividad de los acuerdos de paz alcanzados hace tres años.
En redes sociales de Venezuela, se publicaron cientos de comentarios recordando cómo la fallida fórmula «Noruega» se podría aplicar al caso venezolano, con consecuencias temibles como las que enfrenta hoy Colombia.
El diputado Omar González fue uno de los que comparó el acuerdo de paz colombiano con los intentos de diálogo promovidos por Noruega para el caso venezolano:
«El anuncio de la FARC de retomar la lucha armada en Colombia, después de años de diálogos auspiciados por Noruega, saca a flote el monigote de lo inútil que estaban ocultando los propiciadores de las negociaciones con Maduro y su camarilla en Barbados».
El anuncio de la FARC de retomar la lucha armada en Colombia, después de años de diálogos auspiciados por Noruega, saca a flote el monigote de lo inutil, que estaban ocultando los propiciadores de las negociaciones con Maduro y su camarilla en Barbados. pic.twitter.com/7emAZ0ch7v
— Omar Gonzalez Moreno (@omargonzalez6) August 29, 2019
«Un falso diálogo nórdico-caribeño que fracasó (Oslo-La Habana) es la más clara señal de que otro falso diálogo nórdico-caribeño (Oslo-Barbados) fracasará. Que no aprendamos la lección, ya es culpa nuestra», comentó el politólogo Pedro Urruchurtu.
Un falso diálogo nórdico-caribeño que fracasó (Oslo-La Habana) es la más clara señal de que otro falso diálogo nórdico-caribeño (Oslo-Barbados) fracasará.
Que no aprendamos la lección, ya es culpa nuestra.
— Pedro Urruchurtu (@Urruchurtu) August 29, 2019
Por su parte, el columnista de PanamPost, Emmanuel Rincón, considera que Juan Guaidó debe mirarse en ese espejo de Colombia y detener los diálogos promovidos por Noruega.
«Los venezolanos debemos exigirle de inmediato a Guaidó que detenga las negociaciones en el Reino de Noruega. Las FARC hoy demostraron que los diálogos promovidos por los noruegos no son confiables», expresó.
Los venezolanos debemos exigirle de inmediato @jguaido que detenga las negociaciones en el Reino de Noruega. Las FARC hoy demostraron que los "diálogos" promovidos por los noruegos, no son confiables.
Presidente (e) cierre esa mesa, de inmediato.
— Emmanuel Rincón (@EmmaRincon) August 29, 2019
Alberto Ray, experto en temas de seguridad, también insistió en que el combo «diálogo/Noruega» solo funciona para reposicionar estratégicamente a la llamada «izquierda criminal».
Cientos de comentarios sobre el tema se podían leer este 29 de agosto en las redes sociales:
Recordemos algunas cosas:
El gobierno de Noruega -el mismo de los negociaciones MUD/PSUV- fue promotor y garante del Tratado de Paz con FARC.
El Tratado fue rechazado en referéndum por los colombianos y fue impuesto con artilugios legales.
Maduro fue parte de la negociación.
— Julio Jiménez Gédler 🇻🇪 (@Juliococo) August 29, 2019
En el fondo, hay una lección importantísima en todo esto: con criminales no se dialoga.
Noruega solo ha propiciado mediaciones estériles en los casos colombiano y venezolano.
Hoy las FARC vuelven a las armas con el apoyo de Maduro.— Jovel Álvarez (@Jovel_Alvarez) August 29, 2019
Ese combo de diálogo/Noruega/Nobel no funciona para resolver el problema sino para reposicionar estratégicamente a la izquierda criminal, que ahora regresa en una versión repotenciada 2.0 a la lucha armada en Colombia. Para acabar con las FARC hay que desalojar a la revolución.
— Alberto Ray (@seguritips) August 29, 2019
Veámonos en el espejo de Colombia. La negociación Santos-FARC se hizo en cuba a través de Noruega. Qué pasó? las FARC terminó rompiendo el pacto (tipico de los delincuentes comunistas), y tomaran las armas.
Que puede salir de la negociación Narcolas-Guaido entonces? pic.twitter.com/h0C9oYmEIZ— FerVeneppon 🇻🇪🇯🇵 (@FerVeneppon) August 29, 2019
https://twitter.com/bau_daux/status/1167083581161836544?s=20
Malos diseños provocan estos malos resultados… Para los que creen en los poderes taumatúrgicos de Noruega…#ÚltimaHora 🔴 Iván Márquez, ex número uno de las FARC, anuncia "una nueva etapa de lucha" armada. https://t.co/d9DrjtJbZb
— Victor Maldonado C. 🇻🇪 (@vjmc) August 29, 2019
Redacción Maduradas con información de BBC Mundo
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